Jueves, 29 Junio 2017

(Fuente: El Economista / Internet, Información, 07:58, 29/06/2017)

Los patrones presentan hoy a la Conasami su propuesta de nueva cultura salarial, con horizonte al 2030. Tal como se hace en macroeconomía, en materia de política salarial México debe plantearse una meta de convergencia de largo plazo, con el propósito de elevar las remuneraciones y asegurar la sobrevivencia de los hogares por arriba de la línea mínima de bienestar, afirmó Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). “La política salarial no tiene una visión de largo aliento. Tiene que haber un objetivo de país como lo hubo, por ejemplo, con la inflación”, asestó.

Y como nunca antes, dijo, están dadas las condiciones en el país para abordar esta discusión sin ningún tipo de distorsión extralaboral, como era el hecho de que en el pasado el salario mínimo sirviera como referencia para diversas mediciones económicas de otra índole o que hubiera una zonificación de remuneraciones que impidiera incrementos homogéneos.
“Como nunca en la historia tenemos la oportunidad verdadera de que el tripartismo funcione”, dijo refiriéndose al papel conjunto de gobierno, patrones y trabajadores en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami). “Es una oportunidad histórica para que en una reflexión de estas características estemos pensando en el mundo del trabajo y no en otras cosas, como las multas de tránsito o los créditos del Infonavit, que antes estaban indexados al salario mínimo”, explicó a El Economista.
De Hoyos Walther expone con convicción la propuesta de la Coparmex para elevar en las próximas semanas el salario mínimo a 92.72 pesos desde los 80 pesos actuales, como un primer paso para abordar una política sucesiva de incrementos de largo plazo que lleve a que en el 2030 el salario mínimo se ubique en un rango de entre $162.35 pesos y $194.68 pesos.
“La gran visión es que en el 2030 podamos garantizar que una familia mexicana promedio, que según proyecciones del Consejo Nacional de Población va a tener 3.5 miembros con 1.7 a dos personas laborando por cada núcleo familiar, no esté en la línea de pobreza”, proyectó, luego de explicar que el plazo del 2030 no es una ocurrencia ni un capricho de la Coparmex, sino un término adecuado para comparar el avance de México respecto del mundo, pues desde el año 2000 se estableció a nivel global un periodo regular de 15 años para revisar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del milenio, entre los cuales figura el combate a la pobreza laboral.
A valor presente, el incremento planteado por el organismo patronal implicaría que el salario mínimo crezca a un ritmo de entre 4 y 8 pesos cada año, partiendo del nivel de 92.72 pesos que impulsa la Coparmex, resultado del ajuste inmediato que propone, y que representa el monto mínimo que ha determinado el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que requiere un individuo para no estar en pobreza alimentaria.
Será hoy cuando la Coparmex presente esta propuesta de nueva cultura salarial en el seno de la Conasami, además de que propondrá un replanteamiento de la Comisión, para que, por vez primera, haga públicas sus discusiones a la sociedad, como lo han hecho en años recientes la Suprema Corte de Justicia de la Nación o el Instituto Nacional Electoral.
“Vamos a presentar una solicitud formal para que se transmitan en vivo todas las sesiones y todos los documentos, los estudios que realizan. No puede ser que un tema de esta envergadura se maneje de esta manera, en lo oscurito. No es un tema menor, se trata de la discusión de uno de los principales precios de la economía, los salarios”, reiteró.
Buen consenso
Aunque se le ha visto poco acompañada en público por otras cúpulas empresariales en esta demanda, la Coparmex afirma que para esta alza del salario mínimo, que propone que se resuelva en julio o a más tardar a principios de agosto para que quede lo más alejada posible de la discusión salarial regular de finales de año, hay mucho más consenso del que se cree, puesto que se demostró que el incremento salarial de 73 a 80 pesos para este año no tuvo los efectos negativos que se temían.
“No hubo lo que los laboralistas llaman efecto faro, es decir, no contaminó las negociaciones salariales, que en promedio fueron de 3.9 por ciento. Tampoco hubo mayor informalidad, según los datos del IMSS, que reportan todo lo contrario. En cuanto a la inflación, es cierto que estamos con la más alta en los últimos años, pero tiene que ver con los precios de los energéticos y el alza del tipo de cambio, todo esto reconocido por el Banco de México, los más ortodoxos de los ortodoxos”, explicó De Hoyos Walther.
El líder de la cúpula patronal del país aseguró que, a diferencia del año pasado, cuando la Coparmex promovió el aumento a 92 pesos, que no se logró, esta vez hizo mucho trabajo de consenso previo, además de sustentación documental, e incluso al interior del organismo el posicionamiento fue motivo de una resolución formal de la asamblea, en donde se logró una unánime a favor de las 65 delegaciones del sindicato patronal.
“Les puedo decir que hablamos ese tema con muchos de los grupos empresariales más grandes del país. Yo estoy convencido de que hay unidad de visión de que hay que avanzar más rápido en este tema”, concluyó.
Mejora salarial debe resolverse previo a TLCAN
Estados Unidos tiene razón cuando critica a México por prohijar una política de raquitismo salarial como un medio para favorecer la llegada de inversiones, por lo que nuestro país debe resolver ese tema con medidas decididas para la recuperación del salario, antes de sentarse a renegociar el Tratado de Libre  Comercio de América del Norte (TLCAN) a partir del 16 de agosto próximo, aconsejó Gustavo de Hoyos Walter, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana.
“Lo viene diciendo desde su campaña Trump, que la competitividad de México está basada en casi una esclavitud laboral, que los sindicatos no defienden a sus trabajadores. Es evidente que es un tema”, afirmó.
Y añadió “Donde he tenido diferencias con algunos de mis colegas es al decir, ¿esperamos a que nos lo ordenen o llegamos a la mesa diciendo que acabamos de hacer el movimiento más importante de los últimos 40 años?. Más vale que lleguemos a la mesa con el argumento”.
La semana pasada, Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, dijo que subiría lo laboral a la plataforma temática para la renegociación del TLCAN y, esta semana, legisladores demócratas criticaron la existencia de los contratos laborales (de protección) que se negocian a espaldas de los trabajadores.