Para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), México tiene definido muy claros los objetivos para negociar a la ofensiva y la defensiva, dijo Moisés Kalach, presidente del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI).

Al momento, se conocen las condiciones mínimas que se requieren para que México no abandone las negociaciones, que son que no se coloquen aranceles ni se pongan restricciones al comercio, según dictó el Presidente Enrique Peña Nieto al inicio de este año.

Pero la estrategia a la ofensiva, es decir aquellas condiciones ideales que los negociadores mexicanos desearían obtener, no se han hecho y no se harán públicas para evitar entorpecer el proceso de negociación, explicó el principal negociador de la Iniciativa Privada (IP).

«Decir que no se aceptarán aranceles suena defensivo, pero también es ofensivo, es no dejar que nuestras exportaciones sufran.

«Creo que los lineamientos tienen un tiempo, hay una lista de temas ofensivos y defensivos en el sector privado, entiendo perfectamente que también el Gobierno la tiene, pero para esos temas no es momento ahora de revelarlos», explicó en entrevista con REFORMA.

De manera general, adelantó que hay una lista de temas pendientes que quedaron luego del trazado del TLC original, tal como el sector agropecuario, que quieren cambios y ampliaciones, y estos se atenderán.

También señaló que han cambiado algunas cosas desde que se hizo el pronunciamiento original del Ejecutivo, por lo cual han habido cambios tanto en la esfera pública como en la privada y ahora el proceso ya es institucional, lo cual significa que avanza con fechas, acuerdos establecidos y respecto a quién negocia con quién.

«Hay que tener paciencia para revelar los temas y prioridades conforme avanza la negociación, pero sí hay matrices de ofensa y defensa, y sabemos por dónde navegar en ellas», precisó.

Kalach, igual que el resto del sector empresarial, cerrará filas con el pronunciamiento de a Secretaría de Economía sobre ser discretos respecto a cómo se habrá de manejar la negociación.

«Estamos de acuerdo que no se revelen posiciones de sectores específicos o temas, de aquí a que empiece la negociación y cuando esté en proceso tampoco se hará», dijo.Esto se hace, según explicó, para evitar que se creen expectativas, se revele una postura o se aborde un tema de manera prejuiciada o presionada por factores externos.
«Hablar de temas de negociación debilita la posición de México, porque presupone adoptar una posición antes de llegar a la mesa.

«Ni siquiera sabemos cómo estarán los saques de la negociación por parte del Gobierno estadounidense o canadiense, así que es un poco previo decir por dónde nos vamos a ir. Hacerlo podría debilitar la estrategia de negociación», indicó.

Fuente: Reforma, Sección Negocios, Julio 31, 2017