La industria mexicana de lácteos se mantiene firme en la decisión de formar parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), que México renegocia con Estados Unidos y Canadá, aseveró el presidente de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec), Miguel Ángel García Paredes.
Contrario a las declaraciones difundidas sobre la petición de excluir a los productores de leche, afirmó que tanto la cadena de productos lácteos de México como la de Estados Unidos están en favor de continuar y mantener vigente el acuerdo comercial, como lo manifestaron a través de un pronunciamiento conjunto que hicieron llegar a las autoridades de cada país.
Sin embargo, el presidente de la Canilec dejó en claro que la industria mexicana demanda en la renegociación la oportunidad y la garantía de llegar a los anaqueles del territorio estadounidense con «mayor serenidad», pues la regulación denominada Grado A dificulta la comercialización de los productos lácteos terminados hechos en México.
Se trata de un esquema que abarca estándares en el manejo sanitario y de mercado que el equipo mexicano pide sea más flexible, porque «tenemos arancel cero con Estados Unidos, pero la mayoría de los productos enfrentan esta barrera no arancelaria», manifestó.
La postura del sector es que, de tener la necesidad de hacer alguna modificación al TLC, con 24 años de vigencia, ésta debe ser para facilitar el intercambio comercial entre ambas naciones, apuntó en entrevista.
«El sector lácteo no tiene ningún contratiempo ni ninguna postura de contradicción entre las dos partes», insistió el líder industrial, al subrayar que el acuerdo debe mantenerse porque las dos economías están intrínsecamente relacionadas y «el sector lácteo no es la excepción».
Argumentó que México exporta al menos mil millones de litros equivalentes de productos lácteos a Estados Unidos y Centroamérica, pero la relación comercial es únicamente de proveeduría con el país vecino del norte.
García Paredes explicó que si bien el País importa 30 por ciento (15 mil millones de litros equivalentes) del consumo total de lácteos, la mayoría corresponde a insumos como leche en polvo y quesos, y de ellos, 70 por ciento proviene del territorio estadounidense.
Esto muestra que «tenemos una relación muy estructurada y de complementariedad con Estados Unidos», y de ahí la conveniencia para la industria y el consumidor mexicano de mantener el tratado comercial trilateral, enfatizó.
El líder de los industriales de la leche enfatizó que el país tiene un mercado de lácteos maduro, competitivo, pujante y con capacidad de incursionar en otras naciones, al tener un crecimiento de doble dígito y por arriba del 14 por ciento en las exportaciones.
Sobre la posibilidad de llegar a cancelarse el TLC, consideró que la cadena productiva nacional también tiene la oportunidad de abastecer a la demanda local, porque hay un déficit de unos 50 litros anuales de ingesta por persona.
El consumo per cápita es de unos 130 litros al año, cantidad que está por debajo de los 150 litros recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), e incluso de países como Argentina, Uruguay, Chile y Costa Rica, con más de 180 litros anuales, dijo.
«Si multiplicamos el déficit por el total de mexicanos, nos da una necesidad adicional de 5 o 6 mil millones de litros de leche. Esa es la oportunidad de crecimiento», acotó, tras reconocer que el mayor reto es lograr un consumo superior de leche y sus derivados.
García Paredes agregó que el consumo de queso es también importante en algunos de esos países, pues en México la producción fue de 375 mil toneladas en el 2017, con un valor total de 74 mil millones de pesos, en donde el tipo panela y los frescos tradicionales ocupan la primera posición, con 17 por ciento cada uno.
Fuente: Reforma, Negocios, 15/02/2018