El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo la previsión de crecimiento de México para el 2018 en un 2.3 por ciento, gracias al impulso de las reformas estructurales y la expansión en Estados Unidos, aunque alertó de cierta incertidumbre por las elecciones de julio. El Fondo se reafirma así, en su informe «Perspectivas Económicas Globales», presentado hoy, en su opinión de que la economía mexicana está en proceso de aceleración, algo que ya constató en enero pasado, cuando revisó al alza las estimaciones que había hecho en octubre del 2017.
«Se prevé que la economía de México se acelere desde el 2 por ciento del 2017 al 2.3 por ciento en el 2018 y al 3 por ciento en 2019 (estimaciones 0.4 y 0.7 puntos porcentuales más altos)» que las proyecciones del informe publicado en octubre, indica el FMI.
El Fondo considera que las reformas estructurales implementadas durante el actual mandato de Enrique Peña Nieto, como la energética o la de telecomunicaciones, permitirán mantener un crecimiento de «cerca del 3 por ciento en el medio plazo».
«Se debe dar prioridad a las iniciativas y se deben eliminar limitaciones clave para la inversión» para poder aumentar el crecimiento a medio plazo, asegura el FMI, que considera relevante fortalecer también el Estado de Derecho y el mercado laboral.
No obstante, advierte de la existencia de incertidumbre política por el resultado de las elecciones del próximo 1 de julio, en las que se elegirán más de 3 mil 400 cargos públicos, entre ellos al Presidente.
El candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador encabeza las encuestas y sus promesas de una revisión de la reforma energética o de los contratos en la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México han causado inquietud por las posibles repercusiones en el crecimiento económico.
Los comicios, y sus resultados pueden dar lugar a una reorientación de la agenda, indica el FMI en su informe.
«Una gobernación débil y la corrupción a gran escala también pueden socavar confianza y apoyo popular para las reformas, teniendo un efecto en la actividad económica», añade el Fondo.
Tras la inflación del 2017, la más alta en dos décadas -según datos del Instituto de Estadística de México cerró en el 6.77 por ciento- el FMI pronostica que el 2018 concluirá con una tasa del 4.4 por ciento y en el 2019 se alcanzará un 3.1 por ciento, una vez que se amortigüe del todo el alza de los precios de los combustibles de inicios del pasado año, además de otros factores.
El FMI también dejo sin cambios su proyección sobre el crecimiento de la economía mundial en 3.9 por ciento para el 2018 y 2019, pero subió su estimado de América Latina al revisar al alza los cálculos para Brasil.
Su estimación para América Latina y el Caribe aumentó en 0.1 puntos porcentuales para este año y en 0.2 puntos para el próximo, a una expansión de 2 y 2.8 por ciento, respectivamente.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Abril 17, 2018