México está dispuesto a seguir adelante con un pacto comercial bilateral con Estados Unidos (EU) si Canadá no puede llegar a un acuerdo sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la administración Trump, dijo el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya. En una entrevista con Financial Times, González Anaya dijo que México protegió a su industria automotriz contra un aumento de aranceles de EU, al firmar un acuerdo paralelo que “fija” la tasa baja actual de 2.5%.

Sus comentarios se dan cuando los negociadores de EU y Canadá se preparan para reanudar las conversaciones para renovar el TLCAN. No han logrado avances en las últimas semanas, con disputas sobre la política agrícola —especialmente las protecciones canadienses para sus productores de lácteos— y los regímenes para resolver las disputas sobre los aranceles antidumping y las protecciones a la inversión.

González Anaya, quien saldrá de la Secretaría de Hacienda en diciembre, cuando Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia, dijo que el gobierno mexicano espera que Canadá pueda resolver sus diferencias con EU respecto del TLCAN. Pero si no llegan a un acuerdo “se tendrá que tomar una decisión”.

Aún espero que Ottawa y Washington puedan resolver sus diferencias sobre el TLCAN”, dijo el secretario, pero añadió que “(llegar a un acuerdo con EU) era importante para nosotros. El comercio es importante para México y los problemas entre los tres países son diferentes; entre Canadá y EU, y entre México y EU”, dijo.

La semana antepasada, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo: “No hay duda de que México prefiere un acuerdo trilateral, pero nuestra principal relación comercial es con EU”. Mencionó que menos de 10% del comercio internacional de México se lleva a cabo con Canadá, pero agregó que ambos países tienen vínculos importantes en los sectores aeroespacial, automotriz y de equipos médicos.

En su acuerdo, México hizo importantes concesiones a la administración Trump en el sector automotriz. Para evitar los aranceles, 75% de las piezas que se utilizan en los vehículos que se arman en EU y México deben venir de América del Norte, en comparación con la proporción actual de 62.5%, lo que dificulta que puedan calificar algunos vehículos que se ensamblan en México.

También se acordó que entre 40 y 45% del contenido de los vehículos lo deben producir trabajadores que ganan 16 dólares por hora o más.

Aunque el gobierno mexicano estima que 70% de sus vehículos ya cumplen con estas nuevas reglas, González Anaya dijo que el convenio paralelo asegura que la producción mexicana que actualmente no califica, siga calificando con aranceles bajos.

Como parte de nuestro acuerdo, firmamos un trato paralelo que fija nuestra tasa arancelaria”, explicó. “Parte del acuerdo del TLCAN es que aseguramos un arancel muy bajo, incluso si no cumplimos con las normas de origen y los requisitos salariales”.

Esto es importante para México debido a las amenazas de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de gravar los impuestos a la industria automotriz más altos por motivos de seguridad nacional de Estados Unidos, similares a los aranceles sobre el acero y el aluminio que impuso a principios de este año.

Los funcionarios canadienses se molestaron, especialmente porque EU no elimina sus aranceles sobre el acero y el aluminio con base en la seguridad nacional, y la administración Trump sigue con las amenazas de que podría imponer aranceles elevados a los automóviles si no se llega a un acuerdo.

Los negociadores del TLCAN tratan de crear un acuerdo para finales de mes, lo que le permitiría a Donald Trump firmar el acuerdo con Enrique Peña Nieto, el presidente de México, antes de que entregue el cargo a López Obrador.

Altos miembros del Congreso estadounidense —y muchos grupos de cabildeo de grandes empresas— advierten que si no se incluye a Canadá en el acuerdo, el trato no tendrá mucho apoyo en el Capitolio, lo cual lo dejaría en la incertidumbre.

El funcionario federal también dijo que hay pocas razones para que las recientes crisis de los mercados emergentes en Argentina y Turquía se extiendan a México, porque su gobierno deja una economía fundamentalmente sólida.

El secretario saliente no quiso dar consejos a la administración mexicana entrante de Andrés Manuel López Obrador, pero señaló que se necesita la ortodoxia fiscal si el país quiere evitar las turbulencias que se ciernen sobre economías emergentes más vulnerables.

Nuestra experiencia ha sido estar muy atentos a los números fiscales”, dijo. “Hubiéramos tenido una crisis de finanzas públicas sin una  reforma fiscal”.

(Fuente: Milenio Diario / Distrito Federal / Internet, Información, 08:21, 17/09/2018)