El nivel de endeudamiento de los hogares mexicanos subió en los últimos cuatro años, según el Banco de México. El saldo de deudas de los hogares representó 14.9 por ciento del Producto Interno Bruto en junio del 2014 y se elevó a 16.2 por ciento en junio de 2018. El 10.4 del saldo corresponde a vivienda y el resto a créditos al consumo, ya que a julio del 2018, había 17.4 millones de personas con al menos una tarjeta de crédito bancaria, lo que significó un aumento de 3.4 por ciento respecto al mismo mes de 2017.
A su vez, había 7.5 millones de personas con créditos personales, lo que significó un aumento de 11.48 por ciento.
Con créditos de nómina había 4.3 millones de personas, es decir 0.38 por ciento menos respecto a junio del 2017; y con crédito automotriz, había 2 millones de persona, 11.83 por ciento más que un año antes.
«Las tarjetas de crédito continúan siendo la principal fuente de financiamiento al consumo que mantiene la banca con los hogares», indicó el Instituto Central en su Reporte del Sistema Financiero.
Para Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México, el apalancamiento de los hogares se ha mantenido relativamente estable.
«La capacidad de pago de los hogares ha tenido como soporte el reciente repunte en la masa salarial y la dinámica de las remesas», expuso.
Sin publicar detalles, el reporte menciona que los hogares de menores ingresos presentan una posición más vulnerable que podría generar morosidad en la cartera de los bancos y que deberá vigilarse para evitar afectaciones a ese segmento y a las condiciones de estabilidad del sistema financiero.
Al respecto, el gobernador comentó que no puede ser consuelo decir que el saldo de financiamiento a los hogares como porcentaje del PIB es bajo y por eso no habrá problemas.
«Tenemos que identificar a fondo y ver cuál es el nivel de apalancamiento de cada uno de los hogares. Podemos tener una mala mezcla en la cual hay hogares muy poco apalancados y otros excesivamente apalancados, y eso sí puede estar incurriendo un problema o un riesgo financiero, es indispensable identificar los subrubros y medir los niveles de apalancamiento en diferentes cortes», mencionó.
«La economía mexicana tiene niveles de apalancamiento bajos respecto a otras economías, pero es importante considerar que hay asimetría y diversidad entre los acreditados del País», insistió.
El reporte indica que los acreditados de menores ingresos continúan presentando cargas financieras mayores.
«Para todos los tipos de créditos al consumo, los acreditados con mayor carga financiera suelen ser más propensos a registrar atrasos en el pago de sus obligaciones», menciona.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 29 de Octubre, 2018