Una política industrial agresiva en apoyos públicos ha ocasionado que la competitividad de la manufactura procedente de China sea inmune a cobro de cuotas compensatorias por parte de México. Actualmente, México cobra 71 cuotas compensatorias, divididas en antidumping, subvenciones y salvaguardas, según estadísticas de la Secretaría de Economía. De ese total, 68 son por prácticas dumping a diversos países, pero el 45 por ciento de ese total son impuestas a China.
Las cuotas se traducen en aranceles aplicados a las importaciones cuando se documenta que los precios de exportación están por debajo de las referencias o hasta inferiores a los costos, lo cual constituye una práctica desleal en comercio.
Entre las cuotas vigentes impuestas a China están las de los artículos de aluminio para cocinar, cables y clavos de acero, fregaderos de acero inoxidable, tubería de acero con y sin costuras, licuadoras, sulfato de amonio, entre otros.
Sin embargo, en algunas de estas mercancías las exportaciones de China han crecido a buen ritmo.
Por ejemplo, las compras de cables de acero crecieron 18.5 por ciento en 2017, respecto al año previo, de acuerdo con cifras de la plataforma Trade Map.
Asimismo, hay una cuota vigente para bicicletas, pero las exportaciones hacia el País crecieron 21 por ciento en 2017.
Mientras que las ventas totales chinas hacia México aumentaron 35.5 por ciento en el acumulado enero-agosto, respecto al mismo periodo del año anterior, al enviar 53 mil 982 millones de dólares, según el Banco de México (Banxico).
Y desde 2010 el crecimiento promedio de las exportaciones del gigante asiático hacia el País fue de 10.7 por ciento, de acuerdo con Banxico.
La economía china es centralmente planificada y los productores cuentan con muchos apoyos gubernamentales y subsidios en diversos productos, por ello es más fácil que puedan enviar a México varias mercancías con precios más bajos, refirió Rafael García, especialista en temas de comercio internacional y competencia económica de la UNAM.
Dicha nación cuenta con toda una organización industrial que le ha permitido abaratar sus precios, pues tiene su propia maquinaria, logística, ciencia y tecnología, mientras que en México las medidas implementadas para la competitividad no han sido suficientes, dijo Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex).
«(Además) Las aduanas son extremadamente porosas, a cada rato nos enteramos de camiones que entran como importación temporal, abiertamente en forma ilegal (…), entonces, cobrar esos aranceles técnicamente se ha hecho extremadamente complicado», afirmó Dussel.
Jenny Wang, directora de la Asociación de Empresarios Zhonghua en México, reconoció que el Gobierno oriental apoya la producción para ofrecer precios competitivos.
«China tiene mucho interés de (…) ofrecer mejores productos de calidad, estándar, precios competitivos; toda a esa parte ayuda a la parte comercial, entonces bajo esa política de ‘One belt, one rule’ (‘Una franja, una ruta’), hay mucho incentivo, hay mucho apoyo por parte del gobierno para las empresas, para que salgan, puedan ofrecer sus productos y servicios a otros países, exportar», detalló Wang.
«No le hacen nada a China (actuales cuotas), en el sentido de que cubren 32 productos que no tienen nada que ver con las mil fracciones que se llegaron a castigar en los 90s», destacó García.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 29 de Octubre, 2018