En el País cada vez se genera más empleo, pero mal pagado. El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), advirtió con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que de 2005 a 2018 se perdieron 2.3 millones de puestos de trabajo con ingresos superiores a 5 salarios mínimos, lo cual consideró, muestra de las políticas fallidas de empleo aplicadas en los últimos sexenios. En el periodo de análisis, añadió, se perdieron también 1.3 millones de plazas con un rango salarial de entre 3 y 5 salarios mínimos.
En contraste, destacó, durante ese lapso se crearon 8.5 millones de puestos laborales que pagaron hasta 2 salarios mínimos.
«La precarización del mercado laboral constituye uno de los problemas estructurales más graves que el Gobierno de México deberá enfrentar: el crecimiento de 2 por ciento inhibe la generación de empleo, y durante 2019 la desaceleración del PIB restringirá aun más la creación de nuevos puestos de trabajo», consideró el IDIC.
Señaló que durante los últimos tres sexenios se ha intentado solucionar el problema de la precarización del mercado laboral, pero las políticas implementadas carecen de eficacia y han tenido un costo social muy elevado.
«La mitad de los desempleados tiene un grado de educación de media o media superior. Las personas con más estudios tienen más problemas para encontrar un trabajo porque no se reclama en la economía», dijo.
Un ejemplo fallido fue el programa del Primer Empleo, implementado en el sexenio de Felipe Calderón. Su meta era crear 2 millones de fuentes de trabajo que, en principio, beneficiarían a jóvenes que no tenían experiencia laboral, con y sin estudios.
El esquema básico era subsidiar a las empresas en el pago de las cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) durante un año si contrataban a estos jóvenes, pero las personas ocupadas sumaron 8.9 millones, una cifra lejos de la meta.
En el sexenio pasado se realizaron múltiples cambios legales, como la reforma laboral, se aprobó la Ley para el Incremento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional, el Programa de Desarrollo Innovador o el Programa Especial para Democratizar la Productividad, entre otros, pero la competitividad y productividad del País continuaron a la baja.
«Ante dicha experiencia, la Administración del Presidente (Andrés Manuel) López Obrador debe estar consciente de que la solución a la precarización de los salarios y de la baja calidad del empleo se encuentra más allá de regulaciones y estrategias aisladas», señaló el IDIC.
Subrayó que medidas aisladas y de subsidio social serán insuficientes.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Mayo 03, 2019