La idea de no trabajar si eres mamá es casi un sueño, de ahí que 73.6% de las mujeres ocupadas en alguna actividad económica tengan al menos un hijo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Incorporarse al mercado laboral es un reto, si se considera que, además de afrontar una doble jornada (en el hogar y en el trabajo), ganan en promedio 34.2% menos que los varones.

Incorporarse al mercado laboral es todo un reto si se considera que además de afrontar una doble jornada, por el trabajo que realizan en el hogar, ganan en promedio 34.2% menos que los varones, de acuerdo con el estudio Discriminación Estructural y Desigualdad Social del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

La más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo indica que actualmente 68.7% de las mamás que trabajan, cantidad que representa a 10 millones 587 mil, obtienen como retribución económica hasta tres salarios mínimos.

Sonia González es una de ellas, pues pese a contar con estudios universitarios y laborar en una empresa formal recibe un minisalario y carece de prestaciones básicas como acceso a servicios de salud.

«La necesidad de solventar los gastos de mis niños me ha orillado a emplearme en lugares en los que me pagan poco pero me quedan cerca de casa; no me dan prestaciones, sin embargo tampoco me despiden si llego tarde o me ausento».

Las estadísticas indican’ que tres millones 664 mil mamás trabajadoras tienen ingresos de hasta un salario mínimo, cuatro millones 623 mil de más de uno y hasta dos salarios mínimos, mientras que 2 millones 299 mil obtienen más de dos y hasta tres salarios mínimos.

Pero el nivel adquisitivo de las mamás con empleo empeora si se considera que 6.7% no recibe ingresos por sus actividades económicas.

«Esto significa que sus labores son de supervivencia.

Siembran y cosechan lo que comen ellas y sus hijos; atienden un negocio, lavan ropa ajena o desempeñan actividades de limpieza para recibir a cambio alimentos», explicó José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).

La precariedad de los puestos de trabajo de las mujeres con hijos se agudiza si se toma en cuenta que del total de madres trabajadoras, nueve millones 865 mil, cantidad que representa 64%, no tienen acceso a servicios de salud, los cuales constituyen una prestación obligatoria.

«Tener seguridad social no es mi prioridad, sino tener ingresos que me permitan alimentar y llevar a mis hijos a un médico particular de calidad pues la atención que dan en el IMSS tampoco e$ la mejor», señala González,; quien además de ser madre cíe dos niños, labora en una  tienda de conveniencia de,, la Ciudad de México por las noches, lo que le permite dedicarse al cuidado de sus niños en el día.

Durante la segunda jornada de trabajo en la Semana de la Seguridad Social, convocada por la  Secretaría del Trabajo en abril pasado, Elisa Lavore Fanjul, especialista en la División de Mercados Laborales del BID, destacó que mujeres laboran con mayor frecuencia en la informalidad para tener la posibilidad de reconciliar familia-trabajo.

MEDIDAS PARA IMPULSAR EL EMPLEO EN LAS MUJERES Las medidas que pueden considerar Ias empresas mexicanas para impulsar el empleo en las mujeres son Políticas con igualdad de género.

Esta medida comienza al prohibir cualquier discriminación tanto en los procesos de selección como en las políticas empresariales de retribución o promoción.

Todas las políticas internas deben garantizar una comunicación no sexista tanto a nivel interno como externo, así como el diseño de protocolos de prevención y denuncia de acoso sexual.

Curriculum ciego

Este nuevo modelo consiste en retirar del currículo todo dato vinculante como el sexo, la edad o la procedencia del profesional con la intención de qué el reclutador sólo disponga de la Información relevante para el puesto, es decir, habilidades y experiencia del candidato.

Entrevistas cerradas.

Implementar un sistema de entrevista cerrado. Con preguntas estandarizadas evita que el reclutador caiga ®n preguntas prejuiciosas, así como ®n valoraciones que no están relacionadas con las competencias del candidato, por ejemplo, cuestionamiento sobre la intención de tener hijos.

* Recursos Humanos en diversidad.

Los responsables de este departamento ya no son únicamente gestores de relaciones laborales, sino impulsores de una cultura corporativa.

Por lo tanto, su formación debe ir orientada a incentivar la riqueza que un equipo diverso aporta a la organización.

Talento y dignidad.

Hasta ahora, las estrategias de diversidad e inclusión en las empresas se han centrado en las «minorías» discriminadas y no contemplan a todos los colaboradores en su conjunto.

Resulta clave que, Independientemente de la coyuntura y de las tendencias que imperen, se construya sobre los conceptos de talento y dignidad.

El talento habla de competencias, valores, experiencias y conocimientos; mientras que la dignidad se centra en las necesidades que cada trabajador tiene de forma particular, sin importar a qué estrato social pertenezca.

UNAS POCAS PRIVILEGIADAS Ganar más de tres salarios mínimos es un privilegio para pocas mama’s en el país.

De acuerdo con el Inegi, sólo un millón 900 mil mujeres, cantidad que representa 12.3% del total, gozan de estos salarios.

Los números Indican que un millón 404 mil mamás trabajadoras reciben de tres y hasta cinco sala- , rios mínimos por su trabajo, * mientras que sólo 495 mil obtienen más de cinco.

«Obtener una plaza con J un salario de más de 12 «» mil pesos y prestaciones de ley me llevó casi siete años desde que me con- -lfi vertí en mamá, pues no hay igualdad de oportunidades, además actualmente me encuentro en un puesto en el que los hombres ganan más de lo que nos dan a quienes somos mujeres»,

(Fuente: Excélsior, Información ,Dinero ,Karla Ponce, P1, 10/05/2019)