El Gobierno federal propone un límite para la deducibilidad de los intereses que pagan todas las empresas en el País a partir del 2020. Pide que solo se puedan deducir intereses netos equivalentes a 30 por ciento de la utilidad fiscal ajustada, según los documentos presentados ante el Congreso. Este último concepto resulta de sumar a la utilidad fiscal el total de los intereses devengados durante el ejercicio, así como el monto total deducido en el ejercicio por concepto de inversiones.
Los primeros 20 millones de pesos de intereses serán totalmente deducibles, por lo que la limitación de deducción aplicará a montos superiores a ese umbral.
En esta medida no estarían contemplados el pago de intereses por deudas adquiridas para proyectos de infraestructura y construcción de inmuebles.
Si en el ejercicio fiscal correspondiente no pueden deducirse la totalidad de los intereses, se podrán deducir en los siguientes tres ejercicios siguientes hasta agotarlo, según la propuesta.
Especialistas coincidieron en que la medida va orientada a accionistas extranjeros y grupos empresariales, pero genera dudas sobre su funcionamiento y efectividad.
Juan Manuel Franco Gallardo, integrante de la Comisión Fiscal, del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM), explicó que se pretende obligar a los accionistas extranjeros a capitalizar sus empresas en México vía aportación de capital o reinversión de utilidades.
Dijo que actualmente los empresarios extranjeros prefieren aportar dinero vía préstamos, porque al aportar directamente sus activos en dólares, éstos se convierten en pesos y si lo hacen vía crédito, la empresa tiene que devolver el dinero en moneda extranjera y pagar intereses.
La medida no es nueva, pues con la llamada capitalización delgada, existe un tope a la deducción de intereses cuando el interés generado excede tres veces la utilidad neta de un ejercicio.
Sin embargo, agrega Carlos Rodríguez Sánchez, de RMA Consultores Profesionales, resultaría más limitante la nueva propuesta.
En ese sentido Gustavo Leal Cueva, socio de Leal Cueva y Asociados, señaló que la capitalización delgada hasta ahora no ha cumplido su propósito.
«Hay empresas que siguen transfiriendo utilidades hacia otros países a través del pago de intereses y haciéndolos deducibles en el lugar de origen, sin pagar impuestos», aseveró.
La propuesta se basa en recomendaciones del «Proyecto contra la Erosión de la Base Tributaria y el Traslado de Beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés)» en el que México participa como parte de la OCDE.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Septiembre 13, 2019