A pesar del estancamiento de la economía, la novena edición de El Buen Fin logró incentivar las operaciones del sector formal de la economía, así como promover la bancarización y el uso de medios de pago electrónicos.

Según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), tras cumplirse las metas de transacciones, negocios participantes y una derrama económica de 118 mil millones de pesos, a lo largo de toda su historia, las ventas del Buen Fin han crecido en 196 por ciento.

El avance del Buen Fin ha sido ascendente, al grado que «se estima que participaron aproximadamente 175 mil establecimientos, cifra que contrasta muy favorablemente con los 40 mil que participaron en 2011».

Resaltó el dinamismo de las operaciones mediante tarjetas de crédito y débito, pues es probable que en 2019 el porcentaje de las operaciones vía tarjetas represente cerca del 70 por ciento del total.

Por otro lado, de acuerdo con el incremento de la base monetaria publicada por el Banco de México durante los cuatro días de duración del programa del Buen Fin, estimó que las ventas mediante uso de efectivo fueron menores respecto al año pasado.

Las altas ventas fueron resultado de factores positivos como:  inflación a la baja, menores  tasas de interés, una moneda más fuerte, recursos líquidos disponibles mediante programas sociales y aumento de los puestos de trabajo que elevó la masa salarial del País.

El CEESP consideró también factores negativos para una mayor expansión del programa, pues se registraron ventas adelantadas y eventos promocionales a principio del mes y sin duda sustituyeron parcialmente las ventas del Buen Fin oficial.

NOTIMEX «Incentiva al comercio establecido del País.

Fuente: Reforma, Información ,Negocios ,Redacción, P6, 09/12/2019