La siguiente oleada de tecnología para ahorrar mano de obra tendrá cuello blanco.

Se anticipa que la inteligencia artificial -la programación de máquinas para que piensen más como los humanos- altere la forma en que trabajan los estadounidenses a una escala similar al impacto que tuvieron la robótica y las computadoras de escritorio. Pero es mucho más probable que los empleados afectados por ella ocupen roles gerenciales o profesionales en lugar de trabajadores que aprietan tornillos o archivan documentos.

Entre las ocupaciones más vulnerables figuran especialistas en mercadotecnia, asesores financieros y programadores computacionales -empleos que suelen pagar salarios altos y muestran tendencia a ser ocupados por trabajadores varones, de raza blanca y asiáticos-, descubrió un estudio reciente de la Institución Brookings.

Otros empleos que son más vulnerables a verse afectados por la inteligencia artificial (IA) incluyen a ciertos tipos de ingenieros, optometristas, diseñadores gráficos, desarrolladores de software y gerentes de ventas.

La tecnología nueva en el lugar de trabajo por lo general ha sido mejor para los trabajadores más altamente calificados que para aquellos menos calificados, dijo Mark Muro, uno de los autores del estudio. «La inteligencia artificial podría desenvolverse justo en el sentido opuesto».

Aunque las máquinas han podido realizar tareas físicas repetitivas o cálculos matemáticos complejos desde hace mucho tiempo, la IA posibilita que las computadoras analicen datos, pronostiquen resultados, aprendan con base en la experiencia al reconocer patrones y tomen decisiones. Esas tareas son realizadas actualmente por trabajadores profesionales, muchos con títulos universitarios.

Por ejemplo, piensen en la forma en que un asesor financiero analiza las circunstancias económicas, perspectivas de ingresos y objetivos personales de un cliente para brindar orientación sobre planes de retiro. Con la IA, un algoritmo podría usar la misma información para dar recomendaciones. Otro ejemplo sería el analista de investigación de mercado que analiza tendencias y patrones en el gasto del consumidor para recomendar una estrategia publicitaria para un nueva película o automóvil. Con la IA, una computadora podría hacer lo mismo.

Del mismo modo, centros médicos han comenzado a usar computadoras para leer rayos X y determinar si las imágenes son consistentes con enfermedades como neumonía, una tarea anteriormente desempeñada por radiólogos.

La tecnología podría liberar al personal médico para que pase más tiempo con pacientes o analice menos casos evidentes y podría reducir la necesidad de radiólogos en general.

«La IA sustituirá un conjunto de tareas, pero no hay razón por la que tuviera que haber un desplazamiento total», indicó Michael Webb, economista de la Universidad de Stanford. «Lo único que se puede decir con seguridad es que el empleo cambiará».

Para estudiar los posibles efectos de la inteligencia artificial, Webb la empleó para revisar más de 16 mil patentes relacionadas con IA para determinar capacidades, como por ejemplo «diagnosticar enfermedad» o «reconocer aeronave». Mientras tanto, analizó una base de datos de cientos de ocupaciones, del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, para catalogar tareas específicas requeridas para los empleos.

Luego relacionó la frecuencia con la que capacidades potenciales de IA coincidían con lo que se requería en empleos existentes para desarrollar una medida de exposición. El análisis de Webb brindó la base para el estudio de la Institución Brookings.

El estudio descubrió que la gente con título universitario tiene cinco veces más probabilidades de quedar expuesta a algún efecto de la inteligencia artificial que aquella que sólo se graduó de preparatoria. Aquellas personas con la exposición más alta están en el percentil 70 a 90 de los asalariados.

Sin embargo, sólo porque un empleo esté expuesto a la inteligencia artificial no necesariamente significa que desaparecerá.

Es posible que la inteligencia artificial permita que algunos trabajadores prescindan de tareas tardadas como análisis de datos y se enfoquen en actividades potencialmente más rentables, como reunirse con clientes. Esos trabajadores podrían volverse más productivos y percibir salarios más altos.

Otros podrían descubrir que sus trabajos se ven simplificados y son ocupados con más facilidad por alguien con menos nivel académico, lo que podría hacer que los salarios caigan en el proceso. Y en otros casos, los empleos podrían ser totalmente reemplazados por tecnología.

Sin duda, los expertos han pronosticado incorrectamente en el pasado que otros cambios importantes en la economía -como la mecanización de la agricultura, la automatización de fábricas y la contratación externa de mano de obra en países extranjeros- podría causar desempleo masivo. Aunque estas tendencias de hecho eliminaron muchos empleos en Estados Unidos, se crearon muchos otros con el paso del tiempo. Y en enero, la tasa de desempleo estuvo cerca de su nivel más bajo en 50 años, al ubicarse en 3.6%.

Las vacantes laborales superan a los estadounidenses desempleados que buscan trabajo, lo que incluye a industrias como manufactura y transporte, que están más expuestas a la automatización y el comercio. Muchos negocios dicen que Estados Unidos tiene ahora muy pocos trabajadores disponibles.

«El uso expandido de la inteligencia artificial es necesario en vista de la escasez de mano de obra que se está dando», consideró Irina Novoselsky, directora ejecutiva de CareerBuilder.com, un sitio de búsquedas de empleo.

La compañía echa mano de la IA para ayudar a llenar algunas vacantes. Usa tecnología para escanear currículums y descripciones de empleos, y así encontrar coincidencias con trabajadores que podrían tener las habilidades adecuadas para un empleo, pero no la experiencia específica. Eso no era posible hace algunos años, destacó Novoselsky.

Es probable que los ejecutivos de alto nivel estén menos expuestos a un desplazamiento potencial de la IA que los profesionistas de menor nivel. El estudio de la Institución Brookings descubrió que la exposición a la inteligencia artificial se reduce para el 10% superior de los asalariados.

«Los CEOs están en gran parte exentos de esto», dijo Muro. «No son los que hacen los cálculos y elaboran presentaciones en PowerPoint».

Edición del artículo original

Impacto demográfico

Exposición a la inteligencia artificial por raza y género

Asiáticos 0.19
Blancos 0.1
Hispanos 0.04
Raza de color 0.02
Hombres 0.22
Mujeres -0.06

Nota: Basado en empleos de 2017

Fuente: Análisis de Webb para Brookings (2019)

THE WALL STREET JOURNAL.

 

Fuente: Reforma, Negocios, Marzo 02, 2020.