Se ven a sí mismos como detectives de la salud pública, trabajando sin descanso para seguir la huella del coronavirus en millones de personas en países de todo el mundo con el objetivo de detener la propagación de la enfermedad y aliviar los centros médicos.
Son los llamados rastreadores de contactos, quienes, utilizando los resultados de los tests, entrevistan a personas infectadas con Covid-19, identifican a aquellos con quienes entraron en contacto y buscan convencerlos de que se pongan en cuarentena o se tomen pruebas.
Toda una combinación de trabajo puerta a puerta, aplicaciones móviles, imágenes de cámaras de seguridad y, en algunos casos, refuerzos policiales, para tratar de extinguir un brote antes de que consuma un barrio, pueblo o región entera.
Corea del Sur, por ejemplo, nunca entró en cierre de operaciones gracias a una estrategia temprana de rastreo extensivo y pruebas generalizadas. Cada día, en todo momento, se realiza un monitoreo manual de las transacciones con tarjeta de crédito, circuito cerrado de televisión y seguimiento de celulares para reconstruir dónde ha estado la gente infectada y quienes estuvieron cerca.
Los celulares de los surcoreanos vibran con alertas de emergencia cada que nuevos casos son descubiertos en sus distritos. Los individuos que creen que se cruzaron con un paciente son alentados a acudir a un centro de pruebas.
Los esfuerzos en el país asiático, que ya tenía experiencia con el brote del MERS, resultaron en la aparente contención de la epidemia. Tras ser el segundo país con más casos al inicio de la pandemia después de China, Surcorea registra apenas 11 mil 110 contagios y 263 fallecimientos.
En Alemania, que tiene una de las tasas de mortalidad más bajas por la enfermedad en Europa (4.6 por ciento), más de 10 mil personas están involucradas en la búsqueda de contactos, estrategia que usaron desde el inicio del brote y que les permitió controlar la propagación.
Además, a medida que el país se reincorpora a la «normalidad», las autoridades afinan una aplicación que contribuirá con el seguimiento de contactos para controlar posibles nuevos focos de infección.
Turquía, por su parte, en lugar de hacer pruebas generalizadas de coronavirus, ha basado su gestión de la pandemia en cuarentenas parciales y en la labor de un ejército de rastreadores de contactos.
Tanto las autoridades del Gobierno turco como la delegación local de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dicen que la estrategia ha dado frutos.
El sistema ha mantenido «bajo control» la pandemia con un descenso de las muertes e infecciones, según el responsable de Salud, Fahrettin Koca. El Ministerio tenía confirmados ayer 151 mil 615 casos y 4 mil 199 muertes.
«Gracias a nuestra labor detectivesca, hemos impedido que nuestros casos tengan contacto con otros» y ayudado a reducir la presión sobre las unidades de urgencias y cuidados intensivos en los hospitales, señaló la doctora Melek Nur Aslan, directora
local de salud para el municipio de Faith, en Estambul, epicentro de la pandemia en el país.
Al menos 6 mil 239 rastreadores han localizado a 722 mil personas que tuvieron contacto con una persona contagiada desde el 10 de marzo, sostuvo Koca. Unos mil 200 trabajan en Estambul, la ciudad turca más poblada, con 15.5 millones de personas, y situada en el límite entre Europa y Asia. Todos los rastreadores son personal médico, desde doctores a dentistas o enfermeras.
En Reino Unido, mientras tanto, el Primer Ministro, Boris Johnson, prometió ayer que para el 1 de junio habrá 25 mil personas dedicadas a detectar y trazar cadenas de contagio de Covid-19. Afirmó que estos empleados rastrearán los contactos de 10 mil casos nuevos al día.
El programa de identificación y seguimiento de contagios, ayudado por una app que se está probando, es clave en el plan del Gobierno para prevenir la propagación del virus, después de empezar la semana pasada el proceso gradual de desconfinamiento.
Aunque quizá el plan llega tarde. El país es de los que acumula más contagios (248 mil 293) y muertes (35 mil 704) en Europa. El funcionario ha sido señalado por la Oposición laborista de haber subestimado el alcance de la pandemia y haber fallado en el seguimiento y la contención del virus desde el inicio del brote.
Mientras que en Estados Unidos, la nación más golpeada por el virus, con más de un millón y medio de infecciones y casi 95 mil muertes, los especialistas dicen que se necesitará atraer a cerca de 300 mil rastreadores de casos.
Los funcionarios de Massachusetts están en el proceso de contratar a 10 mil rastreadores de contactos, mientras que en California, el Gobernador Gavin Newsom anunció el lunes que planea capacitar hasta 20 mil personas para esas labores.
Además, empresas como Apple y Google, en colaboración con algunos países, están trabajando en el desarrollo de aplicaciones de rastreo de contactos que puedan mostrar si alguien se ha cruzado con una persona infectada, pero los especialistas advierten que la tecnología solo puede complementar, no reemplazar, el trabajo humano en primera línea.
«Aprender a buscar contactos no es fácil», dijo Tom Frieden, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) y comisionado de Salud de la Ciudad de Nueva York, citado por el sitio Politico.
«Este es fundamentalmente un proceso de persona a persona. Se trata de hablar con alguien que se gane su confianza y ayudarlos a recordar con quién estuvieron en contacto «.
CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS Y NYT
‘Labor detectivesca’
Diversos países están invirtiendo en ejércitos de rastreadores de contagios para anticiparse a posibles nuevos focos de infección.
6,239 seguidores de contactos trabajan en Turquía.
10,000 rastreadores de casos operan en Alemania.
25,000 seguidores de infecciones prometió GB para el 1 de junio.
300,000 rastreadores de contagios necesitaría EU, según especialistas.
Fuente: Reforma, Nacional, Mayo 21, 2020