Propietarios de edificios actualizan los sistemas de ventilación filtrando más el aire interior e incorporando aire exterior y luz ultravioleta.
Una manera de reducir la propagación del coronavirus es mantener una ventilación con mucho aire fresco. Pero, ¿a qué equivale eso en los edificios?
La pandemia está desafiando la idea de mucho tiempo de que las oficinas tienen que ser frescas, secas, estar protegidas de la luz directa del Sol y en gran medida selladas del aire exterior. Los investigadores advierten que esas condiciones pueden ayudar a propagar y sostener el virus, provocando que fabricantes de equipos de calefacción, ventilación y aire acondicionado alteren sus productos y estrategias.
Entender los riesgos potenciales de partículas del coronavirus circulando por los sistemas de ventilación de oficinas es crucial para restaurar la confianza de empleados y del público al regresar a edificios comerciales, declaran los administradores de instalaciones y dueños de edificios.
«Los propietarios de edificios se están empezando a dar cuenta qué significa estar preparado para la nueva normalidad», expresó Howard Lu, director de desarrollo de negocios en Ainsworth Inc., que administra sistemas de calefacción y aire acondicionado en más de 40 edificios de oficinas en Toronto y sus suburbios.
Entre las modificaciones de productores de equipos como Trane Technologies PLC, Carrier Global Corp. y Johnson Controls International PLC se cuentan filtrar el aire interior de manera más exhaustiva, incorporar más aire exterior a edificios y desplegar luz ultravioleta contra el virus al interior de los sistemas de ventilación.
«Un aire más limpio y más fresco es la dirección en la que van los clientes. Esto es prioritario para dueños de edificios y contratistas», afirmó Jeff Williams, presidente de productos globales en Johnson Controls, fabricante de equipos de calefacción y aire acondicionado de la marca York.
Trane actualizó los filtros en 25 unidades de tratamiento de aire el mes pasado en el museo del Dia Art Foundation en Beacon, Nueva York. Las bobinas de enfriamiento del aire acondicionado también fueron desinfectadas y las rejillas fueron alteradas para traer más aire del exterior a la ex fábrica de 22 mil metros cuadrados. Los administradores esperan que la modernización de 15 mil dólares ayude a abrir el museo, cerrado desde el 13 de marzo, en cuestión de semanas.
«Éste fue un gasto inesperado», afirmó Rachel Pivnick, directora de operaciones de la fundación. «Queremos hacer todo lo posible para que nuestro personal se sienta libre de peligro. Cuando nuestro personal no corre peligro, transmitirá eso a nuestros visitantes».
Investigación dada a conocer esta primavera por el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos halló que las partículas de coronavirus se deterioran más rápidamente a una temperatura ambiente de 25 grados centígrados con una humedad relativa del 50% que a menores temperaturas y humedad.
Añada a eso una fuerte dosis de luz ultravioleta, y el virus se deteriora en un 90% en menos de siete minutos, reportó el Departamento.
Los sistemas inmunológicos de los humanos también son más efectivos contra los virus en condiciones más calurosas y más húmedas, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale publicado en mayo del 2019.
«Podemos minimizar la propagación del virus en el verano cuando hay mucha luz solar y mayor humedad. De hecho, son eficaces en un espacio definido», dijo Luke Leung, líder del grupo de trabajo epidemiológico de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado, una asociación de la industria.
Se cree que la transmisión del coronavirus ocurre en su mayoría a través de gotitas que los humanos emiten al toser o hablar. Pero los médicos e investigadores también están investigando partículas diminutas del virus que recorren mayores distancias a través del aire.
Un estudio de la Universidad de Oregon dado a conocer en junio halló partículas del virus en el aire en una cuarta parte de los lugares puestos a prueba en múltiples unidades de manejo de aire en un hospital local que atendía a pacientes de coronavirus.
No quedó claro si las partículas seguían siendo viables mientras circulaban.
Andrew Cuomo, el Gobernador de Nueva York, anunció el lunes que reguladores estatales requerirán que centros comerciales grandes tengan filtros de aire que puedan atrapar partículas del virus como una condición para la reapertura.
El aire recirculado debe incluir alrededor de un 20% de aire exterior para diluir de manera efectiva las partículas de coronavirus, señala la sociedad de ingenieros, con sede en Atlanta. Los sistemas de tratamiento del aire de muchos edificios fueron diseñados para atraer menos aire exterior, para maximizar el consumo eficiente de energía.
«En los últimos años, se hizo mucho énfasis en el ahorro de energía y había menos aire exterior en los edificios», señaló Seth Ferriell, director general de SSC Services for Education, una compañía con sede en Tennessee que administra sistemas de ventilación para escuelas y universidades. La firma tiene un contrato para modernizar las unidades de tratamiento de aire en la Universidad de Texas A&M.
Ferriell estimó que aumentar la cantidad de aire exterior en un edificio en un 50% aumentaría los costos de gas natural o electricidad en hasta 15% al año porque el aire adicional tiene que ser enfriado o calentado para igualar la temperatura interior deseada.
Sin embargo, filtros más densos en unidades de tratamiento de aire para capturar partículas de coronavirus suspendidas en el aire pueden requerir velocidades de ventilador más rápidas para forzar el paso del aire. Algunos ventiladores más antiguos podrían tener que ser reemplazados, aumentando los costos de filtrado de aire hasta un 50% más que antes de la pandemia, indicó Ferriell.
La presión para modernizar los sistemas de climatización llega al tiempo que los gastos ya están aumentando por otras medidas de seguridad, como el aseo más frecuente de oficinas y vestíbulos.
Los índices de desocupación también se están incrementando al tiempo que las compañías permiten que algunos empleados continúen trabajando desde casa.
«Están en una situación económica difícil», afirmó Michael Zikoski, líder de servicios de edificios existentes en Nueva York para Trane. «Están viendo una reducción o cero aumento en sus ingresos».
Edición del artículo original
Fuente: Reforma, Negocios, 09/07/20