La palabra es resiliencia. Sin programas oficiales para obtener soluciones de crédito, ni apoyos fiscales o en las contribuciones a la seguridad social, las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) en México hicieron todo para sobrevivir, por sus propios medios, a la crisis económica más difícil de la historia reciente, provocada por la pandemia de covid-19. Estas empresas significan 40 por ciento del Producto Interno Bruto ( PIB) nacional y generan 7 de cada 10 empleos formales, pero “no fuimos escuchados”, dice la presidenta del Consejo de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), Juana Ramírez, respecto a las solicitudes de apoyo y flexibilidad fiscal que el gremio hizo al gobierno mexicano. Esto no los detuvo. Muchos empresarios de este segmento lograron salir adelante tras el cierre económico e incluso crearon nuevos negocios. ¿Cómo lo hicieron? Ramírez considera que la clave fue el talento y la capacidad de los trabajadores mexicanos para adaptarse a la “nueva normalidad”, sin miedo a seguir trabajando. Un segundo componente fue el uso de las soluciones tecnológicas, con lo que 53 por ciento de los emprendedores aumentaron sus ventas en línea. “El uso de la tecnología no solo sirvió para interactuar con los clientes, sino también para prospectar, promover con mercadotecnia digital y optimizar procesos de operación”, añade la experta. El tercer punto clave fue el ascenso de las fintech —empresas de tecnología financiera—. “Se han convertido en una alternativa real de financiamiento para las MiPymes, además de otros modelos de crédito personal”, destaca Juana Ramírez, al considerar que “la capacidad de los emprendedores para reinventarse” es un indicador de que México puede ser un “hub del emprendimiento”. Los casos son muchos y te presentamos cinco que dejan buenas enseñanzas sobre cómo ser resiliente. Fue como “un cubetazo de agua helada”. Cuando a fines de marzo de 2020 el país entró en cuarentena por el covid-19, Mari Carmen Obregón, conferencista especializada en motivación y reinvención creativa, canceló toda la agenda de su empresa, Efecto Wow. “Estaba llena, tenía cursos presenciales para todo el semestre”, recuerda. Con su plan de ingresos muerto, tuvo que renegociar sus pagos con prestadores de servicios y bancos. Y una vez confinada, Mari Carmen entendió que debía poner en práctica las enseñanzas de sus cursos: “tuve que reinventarme”. Esta modalidad le permite a Maricarmen —quien fundó la compañía en 2012— dar atención a más asistentes, conseguir nuevos clientes y ofrecer más contenidos de valor, como libros y documentos digitales, además de que pudo respetar las tarifas de la empresa y no hacer descuentos. Ante la escasez de equipo de protección personal para los trabajadores de la salud que atendían a los pacientes de covid-19, MediPrint ayudó en los primeros meses de la crisis, con la producción en impresión 3D de 5 mil piezas de ese tipo de insumos, que se distribuyeron en 18 entidades del país. . “También desarrollamos un ventilador mecánico, que regalamos a hospitales para que los probaran”, comenta Zaid Badwan, quien fundó MediPrint en 2014 y fue ganador del primer lugar del Premio Nacional FedEx Crece tu Pyme 2020. Badwan vende servicios de manufactura en 3D de refacciones, partes automotrices y aeroespaciales, y maquetas arquitectónicas, además de equipo de salud y prótesis para personas y mascotas, muchas de las cuales entrega en calidad de donación, pues las fabrica bajo patrocinios. El premio fue un aliciente para enfrentar la situación de emergencia, subsanar gastos de operación —tiene 13 colaboradores— y reinvertir en las impresoras que ellos mismos fabrican. Hoy la demanda de manufactura 3D se recupera de a poco, aunque todavía no alcanza el nivel prepandemia. Como muchos mexicanos, Eréndira Bañuelos, comunicadora de profesión, se quedó sin fuente de ingresos de la noche a la mañana con la llegada de la pandemia. Fue entonces que se animó a desarrollar un sueño largamente acariciado: abrir una boutique de productos de belleza y cuidado personal. . No solo eso, Erelli, la empresa que creó, “impulsa a pequeñas empresas mexicanas que fabrican cremas, aceites, jabones y maquillajes, entre otros productos que son de buena calidad pero no de marcas reconocidas”, explica Eréndira. La condición para integrarse a su tienda es que los productos deben ser fabricados con insumos orgánicos, libres de crueldad animal y sin químicos. Actualmente, la empresa trabaja con fabricantes de Cancún, Michoacán, Monterrey y Puerto Vallarta. Originalmente, Erelli nació como una tienda en línea. Sin embargo, ante el interés de las marcas y los consumidores, recientemente abrió ya dos establecimientos físicos en CdMx. Ahora la empresa recibe toda la mercancía para su inventario y exhibición y también puede tener contacto con los clientes y retroalimentación para los fabricantes. Además, ofrece difusión en bazares, comenta Eréndira Bañuelos, quien actualmente recibe entre 200 y 300 pedidos de mercancía a la semana. Entre las actividades económicas que salieron fortalecidas de la pandemia están las telecomunicaciones, y un claro ejemplo es la empresa chiapaneca WiFri Internet & Comunicación Digital. Madrigal reconoce que la clave está en tener un modelo de negocio que permita la sostenibilidad económica que, en este caso, se obtiene por la publicidad de anunciantes, como pizzerías, restaurantes, agencias de autos e instituciones educativas, entre otros negocios. Para enfrentar la crisis, WiFri tuvo que hacer ahorros, ser más eficiente en sus operaciones e incluso ofrecer promociones a sus anunciantes para mantener los ingresos. Hubo quienes cancelaron la publicidad, pero también otros más que vieron la necesidad de mantenerse en contacto con sus clientes potenciales, cuenta. Asimismo, la empresa continuó con sus planes de expansión y recientemente lanzó el modelo de franquicia de su marca, que ya tiene cuatro franquiciatarios. Además, ya opera en Querétaro y Tamaulipas y está por arrancar en Sonora. Mercedes Hernández, fundadora de Someño, nunca se imaginó que un masaje para aliviar el dolor del nervio ciático pudiera realizarse a través de una computadora y una plataforma de videoconferencias como Zoom. Pero lo intentó y no se arrepintió, porque así pudo sobrevivir económicamente a la pandemia y mantener su negocio a flote. Sin embargo, llegó el momento en que debía generar ingresos y fue cuando pensó en ofrecer terapias de automasaje vía remota. “Hago un acompañamiento virtual, atiendo a mujeres en proceso de lactancia, embarazadas y en etapa de postparto, les doy asesoría por internet”. La emprendedora, quien tiene 13 años de trabajar por su cuenta, asegura que la implementación de sesiones de autorelajación asistida ha sido un éxito, pues pasó de atender entre 50 y 55 citas de masaje mensuales a 60 citas de automasaje con asesoría en modo virtual. Asimismo, tomó la oportunidad de diversificar los servicios de Someño, con un socio que imparte charlas de apoyo emocional una vez a la semana, también por medio de videoconferencia. srgs ¿

Fuente: Milenio Diario / CDMX / Internet, Información, 00:00, 13/07/2021