El Fondo Monetario Internacional (FMI) bajó su estimado de crecimiento del PIB de México para 2021 de 6.3 a 6.2 por ciento, mientras que para el próximo año lo redujo de 4.2 a 4 por ciento.

En un reporte previo, el FMI señaló que el crecimiento en Estados Unidos y las crecientes tasas de vacunación son los principales alicientes para la economía mexicana, que está recuperándose de la desaceleración más profunda sufrida en décadas.

«La manufactura y las exportaciones superan los niveles observados antes de la pandemia, los servicios están reanudándose y el empleo está recuperándose. Las autoridades han logrado exitosamente preservar la estabilidad externa, financiera y fiscal durante un periodo sumamente complicado», indicó.

Sin embargo, precisó que los principales problemas de México siguen siendo el escaso crecimiento de la productividad y los elevados niveles de pobreza.

«Hacia adelante, la economía afrontará nuevos desafíos derivados de avances tecnológicos y de los efectos del cambio climático», externó el Fondo.

En una actualización de sus Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), el FMI dijo que las persistentes interrupciones de las cadenas de suministros y los aumentos de precios están complicando la recuperación de la economía mundial de la pandemia del Covid-19.

El FMI redujo la proyección de expansión del PIB global a 5.9 por ciento desde un 6 por ciento estimado en un reporte anticipado en julio. El organismo dejó sin cambios las estimaciones para el 2022 en 4.9 por ciento.

«Esta modesta revisión de proyecciones, sin embargo, contiene importantes rebajas para algunos países.

«Las perspectivas para el grupo de países en desarrollo de bajos ingresos se han ensombrecido considerablemente debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia. La rebaja también refleja perspectivas más difíciles a corto plazo para el grupo de economías avanzadas, en parte debido a interrupciones en los suministros», dijo el FMI en el informe.

Las manufacturas globales se han visto afectadas por la escasez de componentes clave como semiconductores, puertos obstruidos y la falta de contenedores de carga, y una crisis laboral, mientras que las cadenas de suministro tratan de ser más eficientes por volver a la normalidad después de los cierres inducidos por la pandemia el año pasado.

Los desajustes entre la oferta y la demanda, alimentados en parte por el exceso de ahorro acumulado en los países ricos, han elevado los precios, provocando picos de inflación.

El FMI dijo que espera que la inflación regrese a los niveles anteriores a la pandemia el próximo año, pero advirtió que las persistentes interrupciones de la oferta conllevan el riesgo de anular esas expectativas.
[[¡… Y ve riesgos en la reforma eléctrica!]]
El FMI también advirtió sobre los riesgos de dar marcha atrás a la apertura del sector energético aprobada en 2013 en México, pues la provisión de energía debe ser «eficiente», «asequible» y «sostenible».

«Hemos visto un retroceso de las reformas del sector energético de hace unos años, y eso ciertamente aumenta la incertidumbre sobre políticas, que luego puede inhibir la inversión del sector privado», afirmó Gita Gopinath, economista en jefe del FMI.

«Nuestra opinión es que cuando se trata de suministro de energía, se debe poder hacerlo de la manera más eficiente, asequible y sostenible en lo que respecta al medio ambiente. Y ese tiene que seguir siendo el enfoque cuando se está realizando cualquier tipo de reforma en el sector eléctrico», afirmó Gita Gopinath, economista en jefe del FMI.

Fuente: Reforma, Negocios, 13 de octubre, 2021