Los negocios que adoptaron la tecnología en pandemia, han sobrevivido y crecido Los líderes de empresas que invierten en tecnología y se transforman, son los que hacen perdurar más tiempo al negocio, los hacen crecer y registran mayor bienestar

Por la pandemia, las micro y pequeñas empresas (mypes) fueron las que vieron más cierres, superando el millón, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y solo 43% pudo seguir operando con ganancias similares a lo que registraba antes de la crisis, aunque las que lo hicieron mejor y desarrollaron su resiliencia fueron las que adoptaron herramientas tecnológicas, revela el informe Strive: Caminos hacia la resiliencia de las mypes.

“La pandemia expuso la vulnerabilidad de las mypes. Datos del Inegi indican que las pequeñas tuvieron mayores afectaciones, por ejemplo, 86% tuvo una devaluación y también fueron las de menor capacidad para realizar ajustes operativos, solo dos de cada tres lo hicieron con ventas en línea o entregas a domicilio. Desgraciadamente, solo 4% tuvo apoyo del gobierno, asociación o empresa”, expuso Marco del Río, consultor de BFA Global.

Ser resiliente no fue una tarea sencilla, pero algo que permitió a las mypes mantenerse y enfrentar mejor la adversidad fue la transformación digital en diferentes áreas de su negocio, desde dar el servicio hasta la forma de administrar los artículos o servicios que venden. De ahí la importancia de acelerar la adopción tecnológica.

Estrategia de resiliencia
Durante la presentación del reporte, Marco explicó que la resiliencia es la combinación de conocimientos y habilidades, así como el acceso a recursos que tienen las mypes y que les permiten mantenerse y crecer. Es esta seguridad que lograron mantener las empresas que adoptaron mayores herramientas tecnológicas.

“Las tenderas y los tenderos con mejor desempeño con base en sus ventas anuales, que usaron más estrategias de digitalización, mantuvieron el desempeño de sus negocios a pesar de las condiciones y los desafíos económicos”.

Este es el caso de don Óscar Soberanes, dueño de “Abarrotes Óscar”, empresa familiar que dirige con su esposa y que en pandemia se reinventó tecnológicamente.

Don Óscar narró que antes de la pandemia, su gestión se basaba en lo clásico: cobrar en efectivo y vender solo en la tienda, pero en la crisis sumó la entrega a domicilio, pedidos por medio de WhatsApp y aceptando métodos de pago como tarjetas de crédito, débito y de vales.

“Yo sí le sumé de todo, ahorita tengo un montón de terminales para cobrar porque hay una que solo acepta tarjetas de vales y las demás no. La verdad nos ha ido mejor y nos hemos mantenido”.

Como él, 30% de las mypes pensó en digitalizar su negocio tras el pico de la pandemia, siendo los pagos con tarjeta, ventas en línea y herramientas digitales contables, lo más demandado.

Mujeres, menos digitalizadas
Si bien, las mypes aumentaron su resiliencia con la tecnología, las dirigidas por mujeres no están en la misma situación: primero son empresas informales en su mayoría; segundo, sus niveles de digitalización siguen siendo bajos y tercero, el acceso a productos financieros es limitado.

Entre las herramientas digitales que más poseen las mujeres, están equipos de cómputo (10% vs 20% de hombres), ventas por Internet (8% vs 17.5%), y mecanismos de contabilidad (42% vs 54%).

Sin embargo, aunque las mujeres están es desventaja, en el manejo de redes sociales como Facebook, así como WhatsApp, son líderes porque confían más en éstas vías para promover sus productos, aunque en menor medida para vender.

“La confianza es esencial para que las mujeres decidan usar herramientas digitales, de modo que las redes y herramientas basadas en la confianza podrían ser útiles para apoyar a más mujeres”.

Estefany Guimbarda, empresaria de Fanygifts, es una de las mujeres que se digitalizó en pandemia, buscó dónde capacitarse y obtuvo una beca para aprender a diseñar páginas web donde vende sus productos. Con esto, se volvió más resiliente, confiada y ahora, tiene mayor alcance con sus productos.

Para que más mujeres rompan con este obstáculo, del Río consideró necesario emplear una red comunitaria de colegas, que compartan su conocimiento y así puedan dirigir mejor sus negocios.

 

Fuente: El Economista