César García Brena, Socio de Sostenibilidad y Cambio Climático en Deloitte Spanish Latin America

En un contexto global más enfocado en la sostenibilidad, las empresas se enfrentan a una creciente presión por adoptar prácticas responsables en sus operaciones. En particular, el fenómeno de la relocalización de cadenas de suministro, mejor conocido como nearshoring, ha ganado importancia como una oportunidad estratégica para reducir costos y mitigar riesgos, pero no está exento de desafíos en términos de sostenibilidad.

Según el estudio de Deloitte, “Nearshoring en México”, se estima que para 2025 el país recibirá más de 30 mil millones de dólares en inversiones por reubicación, impulsando las exportaciones hasta alcanzar 50% del PIB en el mediano plazo, superando la cifra actual de 40%. Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad se deben abordar desafíos clave en materia de sostenibilidad, ya que los clientes de exportaciones mexicanas exigen que los productos tengan menor huella de carbono y que cumplan con estándares Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG); los proveedores incumplidos verán disminuida su demanda: el nearshoring será verde o no será.

Una de las piedras angulares de la sostenibilidad debe ser la transición energética. Acercar las cadenas de suministro a los puntos de consumo reduce las emisiones de carbono, pero al acortar distancias de transporte es crucial que se implementen estrategias para aprovechar fuentes de energía renovable, sobre todo porque México enfrentará escasez de energía en los próximos años por falta de inversión en infraestructura de generación y transmisión. También será necesario avanzar en la eficiencia de la red eléctrica con generación distribuida, almacenamiento y redes inteligentes, lo que contribuirá a la mitigación del cambio climático y resultará en ahorros significativos a largo plazo.

La gestión responsable del agua es otro aspecto crucial en la oportunidad de relocalización. Actualmente el nearshoring se focaliza en regiones de México donde el estrés hídrico alcanza niveles críticos —como Monterrey y la zona centro del país—, un fenómeno que reduce la disponibilidad local, del líquido y puede llegar a tener un efecto económico importante. Las empresas deben implementar prácticas de conservación del agua; invertir en reciclaje y reutilización, y comprometerse con las comunidades locales para garantizar el uso equitativo y sostenible del agua, con el fin de mitigar conflictos y promover el desarrollo inclusivo.

Los parques industriales son vitales en la manufactura por las sinergias y seguridad que aportan y representan el epicentro de las cadenas de suministro nearshore. Para garantizar la sostenibilidad es fundamental diseñar y gestionar estos espacios de manera eficiente teniendo en mente sus efectos en el entorno y la biodiversidad, a través de la implementación de prácticas de construcción sostenible, integración de áreas verdes y adopción de tecnologías inteligentes para minimizar el consumo de recursos y maximizar la eficiencia operativa. Además, la promoción de una cultura empresarial responsable dentro de estos parques es crucial para fomentar la colaboración y el intercambio de mejores prácticas entre las empresas residentes.

En el área de transporte de insumos y bienes manufacturados, si bien la reducción de distancias implica una menor huella de carbono, es importante optimizar las rutas para minimizar aún más el impacto ambiental, como con la incorporación de vehículos eléctricos o híbridos, así como con la mejora de carga y la consolidación de envíos. Será necesario contar con una estrategia nacional sostenible para el transporte de carga que utiliza rutas con infraestructura de carga eléctrica o de hidrógeno, el cual es más eficiente para carga pesada en largas distancias, aunque su costo es elevado.

Finalmente, los factores de impacto social serán importantes y deberán ser incluidos en una política integral. En específico, la vivienda sostenible juega un papel crucial en el bienestar de los trabajadores y en la integración de temas sociales en las cadenas de suministro nearshore. Las políticas de vivienda y urbanismo federales, estatales y municipales deben alinearse para asegurar la disponibilidad de vivienda digna, segura y eficiente en recursos, así como promover prácticas de construcción y densidad sostenibles en el desarrollo de nuevas infraestructuras urbanas y residenciales. Estos elementos mejorarán la calidad de vida de los trabajadores y fortalecerán la relación empresa-comunidad con la equidad social.

En resumen, los desafíos de sostenibilidad en las cadenas de suministro nearshore son diversos y complejos, pero abordarlos de manera integral es esencial para garantizar el éxito a largo plazo de esta estrategia. Al priorizar los elementos antes mencionados, las organizaciones pueden reducir su impacto ambiental, también fortalecer su desempeño ASG y generar valor compartido para todas las partes interesadas. La sostenibilidad es un imperativo ético y una oportunidad estratégica para impulsar la competitividad y el crecimiento sostenible en un mundo en constante evolución.

Fuente: Eleconomista.com.mx