Tras dos meses de descensos, la variable creció un leve 0.1% en junio gracias a la mejora en el consumo de servicios; en el semestre creció 3.6% frente al 5.4% de la primera mitad del 2023.
La leve recuperación se debió al consumo de servicios, que de contraerse 0.4% en mayo, consiguió mejorar 0.1% en junio, mientras que la compra de bienes importados aligeró su caída, pues de un revés de 4% en mayo, pasó a un desliz de 1.2% en junio.
En tanto, el consumo de bienes de origen nacional desaceleró levemente, al pasar su avance de 0.8% en mayo a 0.6% en junio.
El IMCP desestacionalizado de junio se ubicó en un nivel de 111 puntos, es decir 1.4% por debajo de su nivel máximo histórico de 112.6 puntos alcanzado en marzo.
Desde esa fecha, factores como el repunte inflacionario, el debilitamiento en la generación de empleo y la suspensión temporal de pagos de programas sociales debido a la veda electoral —estos se reanudaron apenas en julio pasado— parecen haber cobrado factura al consumo de las familias del segundo trimestre de 2024.
Hasta el mes de julio, por ejemplo, se observó una caída acumulada de 40% en las contrataciones en el sector formal de la economía, con solo 307,402 nuevos empleos, frente a los 512,243 del mismo período del 2023.
En tanto, la inflación de junio fue de 4.98% (el mayor registro interanual desde junio del 2023) con un marcado acento en el componente no subyacente, que alcanzó 7.7 por ciento.
De forma acumulada, el consumo privado creció 3.6% durante el primer semestre del año, que todavía resulta el doble del crecimiento acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) en ese período, pero inferior al avance de 5.4% que tuvo en el primer semestre del 2023.
Fuente: Eleconomista.com.mx