Si bien la IA generativa es una herramienta que puede ayudar a los resultados de las empresas, su implementación debe ser planeada y considerar, entre otros, la definición de actividades y habilidades que se optimizarán, los roles que deberán replantearse y el impacto en la cultura organizacional y las formas de trabajo.

En este sentido, es importante considerar el impacto que esta tecnología puede tener en la experiencia diaria del personal, ya que podría ser percibida como una amenaza y no como un elemento que apoya y mejora los procesos del negocio y la vida laboral.

Productividad, rentabilidad y experiencia

Uno de los grandes beneficios del despliegue de esta herramienta en las empresas es la agilidad y calidad en la entrega de productos y servicios, ya que permite partir de un punto más avanzado en los procesos productivos, tanto a nivel de aprendizaje como de análisis de indicadores, lo que brinda la posibilidad de redirigir el rumbo oportunamente en caso de que se detecte alguna desviación.

Sin embargo, no debe asumirse que la IAGen proporcionará beneficios de manera automática. A continuación, cinco elementos que deberán identificarse al momento de planear su implementación:

  1. Clasificación de actividades y habilidades que pueden ser optimizadas o potenciadas
  2. Datos que serán insumo para alimentar a la tecnología, su disponibilidad y calidad
  3. Posiciones y roles que deberán redefinirse, actualizarse, crearse o eliminarse
  4. Comportamientos que tendrán que ajustarse, así como habilidades que deberán desarrollarse
  5. Impacto en la cultura y formas de trabajo que deberán gestionarse

Asimismo, analizar la composición del talento será clave para identificar roles y actividades de alto impacto que puedan ser potenciados o reemplazados por la herramienta, y, con ello, mejorar la productividad y rentabilidad, y al mismo tiempo mejorar la experiencia del cliente (customer experience o CX) y del talento (employee experience o EX).

Lo anterior ayudará a priorizar la implementación sin dejar de considerar el impacto y esfuerzo requeridos, el tiempo e inversión necesarios, en función del beneficio esperado, así como el nivel de adaptación idóneo en la cultura organizacional, las formas de trabajo, el redimensionamiento y la reorganización de la estructura.

Enfoque a largo plazo

Incrementar el potencial del talento mediante el uso de la IAGen debe considerarse una inversión a largo plazo. Asimismo, deben establecerse indicadores que permitan medir el éxito de su implementación.

Sin duda, para capitalizar esta inversión será indispensable contar con un enfoque centrado en la experiencia de los usuarios, que incluya un plan de capacitación que permita asumir con éxito nuevos roles y responsabilidades derivados de los cambios en la organización.

Al respecto, el estudio Panorama de la inteligencia artificial en México de KPMG señala que el personal debe contar con habilidades y conocimientos en ciencia de datos, machine learning (ML) o IAGen (36%), así como con conocimiento en formación, certificaciones y uso ético de la inteligencia artificial (IA, 25%), tener capacidad analítica básica (21%) y trabajar en equipo (18%). Adicionalmente, conocer los riesgos y cómo mitigarlos, y cumplir con las regulaciones relacionadas que surjan será fundamental.

A su vez, el perfeccionamiento y la mejora continua serán elementos valiosos a lo largo de la ejecución del plan de implementación. Aprender las lecciones en cada fase y entender el impacto que tendrán los cambios dentro de la composición de la organización permitirá incorporar mejoras incrementales y agilizar la transformación.

Finalmente, contar con una adecuada gestión del cambio y permear una cultura de aprendizaje ayudará a disminuir la resistencia natural e incertidumbre que inicialmente existirán. Por ello, fomentar una comunicación transparente y oportuna que informe sobre una posible redistribución de roles o recortes en la plantilla (downsizing), así como brindar apoyo al talento en el proceso, será sumamente importante.

En conclusión, la integración de capacidades tecnológicas a las humanas está generando resultados que no podrían obtenerse de forma aislada; no obstante, no debe desestimarse que el temor inherente a la automatización puede convertirse en una barrera para su despliegue, por lo que socializar el plan y los criterios de éxito, además de involucrar de forma temprana al personal, será clave para concientizar sobre los beneficios en términos de eficiencia, calidad e innovación.

Fuente: Eleconomista.com.mx