La Red BAMX lanza un llamado urgente ante la crisis ambiental y alimentaria en México: más de 30 millones de toneladas de comida terminan en la basura cada año mientras 44 millones padecen inseguridad alimentaria.

 

En México, cada minuto dos tráileres llenos de alimentos terminan en la basura. Esta pérdida no solo agrava la crisis alimentaria, sino que tiene un costo ambiental alarmante: más de 36 millones de toneladas de emisiones derivadas del desperdicio, recursos naturales malgastados y una huella ecológica que acelera el cambio climático.

Frente a este panorama, la Red de Bancos de Alimentos de México (Red BAMX) hizo un llamado urgente a ciudadanos, empresas y autoridades a tomar acciones inmediatas para frenar el desperdicio alimentario, considerado hoy una amenaza silenciosa pero devastadora para el planeta.

“Cada alimento que se desperdicia fue cultivado y transportado con recursos valiosos. Rescatarlo no solo combate el hambre, también es una acción climática urgente”, advirtió Mariana Jiménez, Directora General de Red BAMX.

 

La paradoja nacional

Mientras 44 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria en el país, más de 30 millones de toneladas de alimentos —muchos aún aptos para consumo— son desechados cada año. Esta contradicción cobra aún más relevancia ante las advertencias de la ONU, que señala que estamos en la última década para revertir los efectos del cambio climático.

El desperdicio alimentario conlleva también un gran impacto en los recursos hídricos y energéticos del país: millones de litros de agua, hectáreas de tierra cultivable y combustibles fósiles se desperdician en la producción, transporte y almacenamiento de productos que nunca llegarán a una mesa.

 

Acciones urgentes desde casa

La Red BAMX propone tres acciones concretas para que los ciudadanos contribuyan desde sus hogares:

  1. Planear el consumo semanal: comprar solo lo necesario, revisar fechas de caducidad y conservar adecuadamente los productos.

  2. Consumir con conciencia: pedir porciones adecuadas en restaurantes y llevar lo que no se consuma.

  3. Congelar y reutilizar: aprovechar las sobras para preparar nuevos platillos.

Un modelo innovador con impacto global

Además de su labor de rescate alimentario, la Red BAMX se ha convertido en la primera organización del mundo en generar créditos de carbono a partir del rescate de alimentos. Estos certificados cuantifican las emisiones evitadas al no desechar comida, permitiendo canalizar recursos para ampliar su labor humanitaria y climática en todo el país.

 

Una doble victoria: alimentar y proteger el planeta

Cada alimento rescatado representa una victoria doble: reduce la huella ambiental y alimenta a quien más lo necesita. Frente al deterioro climático y el aumento de la desigualdad alimentaria, la Red BAMX invita a toda la sociedad a sumarse a esta causa impostergable.

“Reducir el desperdicio es una de las acciones más poderosas y accesibles para combatir el cambio climático y el hambre al mismo tiempo”, concluye el llamado. Porque salvar alimentos es, también, salvar el futuro.