La pandemia de coronavirus amplió el déficit de financiamiento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en los países en desarrollo, el cual se ubicó en 70% durante el 2020, respecto de los niveles pre pandemia, informó la Organización de Cooperación de Desarrollo Económicos (OCDE).
Con ello, el impacto del Covid-19 en los países en vías de desarrollo significó la pérdida de ingresos estables y aumentó el riesgo de que las personas no tengan acceso a los servicios energéticos esenciales.
La organización mencionó que proporcionar acceso a energías limpias es crucial para que los países en vías de desarrollo encuentren el camino para la recuperación económica post- coronavirus.
La fijación de la tasa al impuesto al carbono, incluida la eliminación de subsidios al uso de combustibles fósiles, es una herramienta especialmente prometedora que puede incentivar inversiones rentables alineadas con los ODS y el Acuerdo de París.
Asimismo, gravar el carbono puede liberar el poder de los mercados financieros mundiales para hacer frente al cambio climático y guiar la recuperación sostenible y resiliente de la crisis económica derivada de la pandemia de Covid-19.
«La necesidad de crear políticas de recuperación tras la pandemia ofrecerá oportunidades para reconstruir y mejorar el terreno para lograr economías más limpias, más sanas, más resistentes y más inclusivas», menciona el informe «Impuestos sobre el uso de la energía para el desarrollo sostenible: Oportunidades para la reforma de los impuestos y los subsidios a la energía en determinadas economías en desarrollo y emergentes».
Reforma fiscal verde En el documento se explica que la aplicación de las reformas fiscales y subsidios a la energía requieren de un diseño y una secuencia cuidadosa para garantizar que sean justas, eficaces y viables; además, de ser transparentes en los objetivos, cosecharía el éxito.
Añade que el desarrollo de un conocimiento profundo sobre los efectos secunda riosde la reforma puede servir de base para el diseño y aplicación de políticas complementarias que puedan mitigar los estragos del Covid-19.
Además, el organismo destaca la necesidad de invertir en políticas que protejan y refuercen mejor la resiliencia de los grupos más vulnerables.
El acceso a este tipo de energía dará seguridad en la materia, es decir, que podría definirse como la disponibilidad energética ininterrumpida a precios asequibles.
Fuente: El Economista, Información ,Santiago Nolasco, P17, 05/03/2021