El pacto negociado entre Estados Unidos y México dejó de ser uno de libre comercio y ya no es tan justo, coincidieron representantes de la iniciativa privada. Criticaron, por un lado, la imposición de un salario mínimo de 16 dólares para el 40 y 45 por ciento de los automóviles y camionetas, respectivamente, que debe cumplir México dentro del 75 por ciento de contenido regional.
Por otra parte, señalaron que existe el temor de cambiar aranceles por cuotas en el caso del acero.
Manuel Montoya, presidente del Cluster Automotriz de Nuevo León, dijo que el arreglo con salarios altos en su sector es una forma de decir que ese porcentaje se tendrá que hacer en Estados Unidos.
«El Tratado de Libre Comercio, ya no es tan libre, ahora es sólo un tratado comercial», consideró.
«Hay un porcentaje de los 16 dólares que se puede aplicar a la investigación y desarrollo, al salario de ingenieros en diseño de simulación, gente con postgrado, esos sueldos sí aplican, el 10 por ciento puede ser este tipo de trabajo, el resto, pues no».
«Es una manera de decirnos, esto tiene que hacerse en Estados Unidos, no lo pueden poner así con el tema de los salarios, pero es un eufemismo, porque tú no le vas a pagar a un obrero 60 mil pesos al mes, no te da».
Arturo Rangel-Bojorges Mendoza, vicepresidente de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), cuestionó que el Gobierno mexicano haya permitido la imposición de los 16 dólares por hora de salarios.
«Esto abre la posibilidad negativa de que también pongan un obstáculo similar para cualquier otra área en el futuro que ellos también consideren que les está generando un daño», afirmó.
«No podemos subir los salarios por decreto, ni mucho menos a través de un instrumento internacional. Creamos un mal precedente».
Por separado, César Jiménez, presidente de Ternium México, indicó que han habido declaraciones de que Estados Unidos le iba quitar a México los aranceles al acero, pero ahora temen la imposición de cuotas.
«Es una posibilidad que se cambie el arancel por una cuota, es una posibilidad que no nos gusta», agregó.
«Nosotros creemos en el comercio justo, el comercio justo dentro del marco de un Tratado de Libre Comercio que busque incrementar el comercio entre los países. La verdad (las cuotas) no tienen mucho sentido».
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 13 de Septiembre, 2018