La fortaleza de la moneda mexicana depende del impacto que tendrá en el ánimo de los inversionistas la reducción del diferencial de tasas con Estados Unidos, en caso de que la Fed siga subiendola.

La fortaleza del peso mexicano seguirá apoyada en el nearshoring, pues el mercado asume que México seguirá capitalizando el flujo de Inversión Extranjera Directa, concuerdan economistas de Banco Base y la aseguradora Coface.

Tradicionalmente los capitales golondrinos son los que ayudan a fortalecer al peso explicó la directora de análisis económico en Banco Base, Gabriela Siller. Pero hoy, es también la entrada de dólares vía remesas así como IED, lo que está apuntalando a la moneda mexicana, consignó.

Entrevistada por El Economista, fundamentó su análisis en la hipótesis de Balassa Samuelson, que dice que un tipo de cambio real se aprecia cuando se presentan aumentos de la productividad.

En el caso de México, el mercado se está adelantando a la posibilidad de que el país aproveche la oportunidad que representa esta relocalización de empresas al lugar donde desean vender, comentó.

De aprovecharse, la oportunidad que representa el nearshoring, la IED detonaría productividad y generaría crecimiento económico de largo plazo.

Aparte, la economista para América Latina en Coface, Patricia Krause, subrayó en conferencia de prensa que México es el país mejor orientado para beneficiarse del nearshoring.

Consideró que la fortaleza mostrada por el peso mexicano en los últimos días, es evidencia de que sí está llegando este capital productivo por la relocalización de empresas, lo que refuerza a su vez las expectativas positivas sobre la economía mexicana.

Riesgo en cambio de ánimo
En su opinión estas expectativas positivas que están alimentando la fortaleza del peso mexicano, están expuestas a que se genere un ambiente congruente con el apetito que está despertando el país para los inversionistas extranjeros que quieren acercarse a Estados Unidos.

La experta comentó que la fortaleza del peso está expuesta al impacto que tendrá en el ánimo de los inversionistas la reducción del diferencial de tasas con Estados Unidos, en caso de que la Fed siga subiendo la tasa y el Banco de México la deje sin cambio.

Se apoyó en los datos relativos a la inversión fija bruta en capital fijo para considerar que muestran un fuerte nivel de inversión en maquinaria y equipos, “indicando un posible efecto del nearshoring”.

Reducción del spread afectará al peso
Krause matizó que la restricción monetaria que ha alcanzado México es suficiente para tolerar incluso un par de alzas de la Fed.

De hecho estimó que aún subiendo la Fed la tasa, Banco de México tiene espacio para reducir la tasa del país, pues la reciente mejora de la inflación le da un mayor margen de maniobra.

Si la tasa de Estados Unidos llega a 5.75% y la de México se queda en 11.25% el diferencial o spread será de 550 puntos base. Históricamente el diferencial ha sido de 4.5% desde antes de la pandemia y así era atractivo para los inversionistas.

Crecimiento con expectativas al alza
Al participar en el webinar de Coface “Previsiones económicas para América Latina” en el 2º semestre, Krause actualizó su pronóstico de crecimiento para México a 2.4% para este año, impulsado por el flujo de capitales productivos y el dinamismo del consumo interno.

Agregó que el consumo está alentado por las remesas así como por la fortaleza que mantiene el mercado laboral. Para el año próximo prevé un crecimiento de 1.5% que reflejará la desaceleración de Estados Unidos.

La experta consideró que los datos de la economía mexicana, hasta ahora, evidencian solidez en la actividad económica interna y que son más resistentes de lo previsto inicialmente, como el consumo.

Krause ya había explicado a El Economista que el neashoring, ayudaría a compensar la desaceleración económica que se presentaría ante el contexto de Estados Unidos.

En la citada conferencia de Coface, Rubén Nizard, que es economista para América del Norte, advirtió que se ha desplazado la posibilidad de que se presente una recesión en Estados Unidos, si bien reconoce que se está desacelerando aquella economía.

Coface es una compañía francesa que nació después de la Segunda Guerra Mundial cuyo origen fue determinante para reactivar el comercio, pues otorgaba seguros a las empresas exportadoras para garantizarles que si el cliente no les pagaba, ellos tendrían un respaldo.

Ahora, sus pólizas también protegen contra el impago de empresas que comercian en el mercado interno de los 66 países donde están presentes.

Fuente: El Economista