La calificación crediticia de México fue recortada de «BBB» a «BBB-» por la agencia Fitch, dejándola a sólo un escalón del grado especulativo. Debido al impacto económico por el coronavirus, la calificadora espera que la economía mexicana se contraiga 4 por ciento en 2020. Incluso sin apoyos fiscales por parte del Gobierno, la proporción de deuda entre el PIB se incrementará por los menos en 6 puntos, a 50 por ciento, el nivel más alto desde la década de 1980, destacó la calificadora. La consolidación de las finanzas públicas, una vez que la crisis termine, y el regreso a niveles sustentables de deuda será un desafío en la perspectiva de Fitch, razón por la cual se redujo la calificación. Las finanzas públicas de México se mantendrán presionadas debido a que el precio del petróleo seguirá a la baja incluso durante 2021, reduciendo los ingresos del Gobierno, afirmó. Además, el plan de recortar más los impuestos sobre Pemex, por 65 mil millones de pesos, reducirán los ingresos del Gobierno. Esto no podrá revertirse con mayor producción debido al acuerdo de México con la Organización de Países Exportadores de Petróelo (OPEP) de reducir temporalmente la producción petrolera, explicó. Adicionalmente, Fitch destacó que los factores domésticos que redujeron la inversión previo a la crisis siguen presentes. Destacó la débil gobernanza y políticas públicas impredecibles. No obstante, como factor positivo, se espera una recuperación del comercio exterior de México gracias a la entrada en vigor del T-MEC y un incremento de la inversión extranjera a mediano plazo.

Fuente: Reforma, Portada, Abril 16, 2020.