Entre 2012 y 2017, unos 3 millones 634 mil personas se sumaron a la población con trabajo, lo que representa un crecimiento de 7.5%, y de esa cifra, el 81% de los empleos pertenecen al sector formal, sin embargo, la productividad no avanzó al mismo ritmo, revelan cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En el mismo lapso, la productividad laboral –la relación entre lo que produce la mano de obra y las horas que trabaja– aumentó sólo 0.3 por ciento.

Así, la productividad laboral está muy lejos de la meta establecida en el inicio del sexenio, dado que en el Plan Nacional de Desarrollo se previó que este indicador crecería 10% entre 2012 y 2018.

Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos de la UNAM, dijo a Excélsior que la baja productividad impide que la economía crezca a mayores tasas, y que esta situación en el sexenio ha estado influida por la baja inversión, en particular la pública.

La deuda pública en relación con el PIB creció muchísimo en este sexenio, 6-7 puntos del Producto Interno Bruto, pero cae la inversión pública. Entonces significa que el financiamiento o se ha ido a gasto corriente o a corrupción”, explicó Loría.

Sin embargo, destacó como favorable el hecho de que al menos en el acumulado del sexenio, la productividad laboral no esté cayendo, y eso obedece a los procesos de formalización.

En el Plan Nacional de Desarrollo se reconoció que la informalidad afectaba la productividad y por tanto, el esfuerzo consistió en combatir la informalidad. Y lo han conseguido porque la tasa ha bajado 2 o 3 puntos porcentuales”.

Por lo anterior, Loría comentó que “este esfuerzo de formalización a partir de la  Reforma Laboral de 2012 y luego la Reforma Fiscal de 2014 parecería que sí tuvo efectos en el crecimiento del empleo formal”.

REZAGO

Eduardo Loría afirmó que entre las consecuencias de que la productividad se mantenga estancada en México destaca el que merma la posibilidad de mejorar los ingresos salariales de la población.

Si hay más trabajadores y no aumenta la productividad significa que relativamente el salario que se paga es menor de lo que ha crecido la ganancia empresarial. Esto empeora nuestra distribución funcional del ingreso”, detalló el especialista.

Explicó que por lo anterior, al interior del PIB los salarios pesan muy poco (27%) y el capital la mayor parte (67%), a diferencia de los países de la OCDE que tienen la relación al revés.

Urge frenar la corrupción

La reforma pendiente para acelerar el crecimiento de la productividad en el país, y por tanto de la economía en su conjunto, es la del Estado de derecho, es decir, combate a la corrupción y a la inseguridad, consideró Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos de la UNAM.

El académico afirmó que “podemos dejar la ley laboral o la fiscal como está, sin hacer más reformas económicas, pero con sólo mejorar el Estado de derecho tendremos un impulso enorme en la inversión, con lo que eso implica para el crecimiento y la productividad”.

Dijo que en la medida en que se decida combatir mejor la corrupción y reducir la inseguridad, el sector público podrá usar mejor los recursos públicos en obras que tengan alto impacto económico y social, y el sector privado tendrá más certeza jurídica para arriesgar su capital en inversiones productivas en el país.

Otro factor es mejorar la calidad educativa, aunque sus resultados son a más largo plazo, concluyó.

(Fuente: Dinero en Imagen / Internet, Información, 04:33, 12/03/2018)