En el tercer trimestre de 2017, la concentración comercial de México con sus socios de América del Norte tuvo una reducción, al llegar a 83 por ciento, cuando estaba en 84.1 por ciento, según datos del Banco de México. En este periodo, las ventas a la región fueron por 248 mil 640 millones de dólares, lo cual fue un crecimiento de 8 por ciento contra el mismo periodo del año pasado.
De esto, unos 240 mil 343 millones se dirigieron hacia Estados Unidos, lo cual representó 80.2 por ciento del total. En términos de participación, esto fue una reducción respecto a 81.1 por ciento de 2016.
En el caso de Canadá las ventas fueron por 8 mil 297 millones de dólares, lo cual correspondió a 2.8 por ciento del total. El año pasado, hacia este país del norte iba 2.9 por ciento.
«Es un hecho que dependemos de Estados Unidos y el comercio fuerte es con ellos, porque es cómodo, práctico y fácil, porque ya tenemos experiencia.
«Pero ya es un hecho que las empresas saben que ya es necesario abrir más mercados porque no hay nada seguro, y en consecuencia, han hecho esfuerzos por mandar más productos a otros países», explicó Manuel Valencia, director de las carreras de Negocios Internacionales del Tec de Monterrey, campus Santa Fe.
La coyuntura de este año, un escenario incierto para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) creó una especie de motivación para que empresas buscaran ampliar los mercados en los que hacen negocios.
De todos modos, las empresas mexicanas seguirán trabajando con EU porque, además que éste sea el destino natural mexicano por geografía, es el mercado más grande del mundo.
Manuel Díaz, presidente de Grupo Ei, agencia de comercio exterior, dijo que a pesar del avance en diversificación, aún no se puede considerar que haya un movimiento significativo que vaya a ser permanente.
«No es una tendencia definitiva, no contradice nuestra relación con Estados Unidos, toda la infraestructura industria y comercial que existe.
«No va a haber grandes cambios próximamente. Con todo y que México puede vender a todo el mundo, nuestra vocación está hacia allá», indicó.
Una parte importante del comercio que se hace está considerado ya por los planes de los corporativos que están instalados localmente y cuyos objetivos centrales están dirigidos hacia el mercado estadounidense.
«La política nos puede poner nerviosos, pero el comercio tiene una inercia que no se va a modificar», puntualizó.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, Diciembre 13, 2017