Conforme los negociadores estadounidenses y mexicanos del TLC se reúnen por tercera semana consecutiva para tratar de completar un acuerdo sobre los autos, también se preparan para un enfrentamiento decisivo sobre una cláusula propuesta por el Gobierno de Trump que pondría fin definitivo al acuerdo.
Los países se están acercando a un acuerdo respecto al contenido y los salarios en la fabricación de automóviles y esa cuestión sigue siendo su principal centro de atención, según dos personas con conocimiento de las conversaciones.
Pero en tanto los equipos son más optimistas en cuanto a que puede llegarse a un acuerdo por los autos, la atención está empezando a girar hacia la llamada cláusula de extinción que propone el representante de comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, otra cuestión determinante.
A diferencia del tema de los autos, por el cual Estados Unidos y México llevan meses de discusiones y en gran medida ahora se limitan a limar detalles, ninguna de las partes se ha mostrado dispuesta a hacer concesiones con la cláusula de extinción, que pondría fin al TLC automáticamente al cabo de cinco años si los países no acuerdan continuarlo, según las personas, que pidieron que no se las identificara porque las conversaciones son privadas.
México mantiene el mantra de que nada está resuelto en el TLC hasta que todo esté resuelto.
México, Canadá y las agrupaciones empresariales consideran que la cláusula es radiactiva porque va en contra de un objetivo clave de la mayoría de los tratados de libre comercio. Parte del propósito original del TLC era dar certeza a las compañías que invertían en la fabricación, incluida la producción de automóviles.
Un acuerdo que arroje dudas sobre los niveles futuros de los aranceles y las protecciones de las empresas de inmediato plantea preguntas sobre los beneficios de construir una fábrica fuera de Estados Unidos.
«Hay muchas cuestiones pendientes y estamos avanzando en el grado de complejidad», les dijo a los periodistas el Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, en la Ciudad de México el lunes. «La cláusula de extinción forma parte de las cuestiones más complejas».
Guajardo volverá a Washington el jueves para reunirse con Lighthizer en su tercera visita en otras tantas semanas. Los países están tratando de llegar a un acuerdo para el 25 de agosto con el fin de dar tiempo suficiente al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y al de México, Enrique Peña Nieto, de firmar el tratado antes de que el próximo Mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, preste juramento el 1 de diciembre.
Eso aliviaría la presión para López Obrador y le permitiría centrarse en las prioridades nacionales.
Si bien Canadá no ha asistido a las reuniones en las últimas tres semanas y los funcionarios del gobierno de Trump han sido más optimistas públicamente respecto a las negociaciones con México que con Canadá, estos dos países han reiterado que esperan que el TLC siga siendo un acuerdo trilateral.
Fuente: Reforma Sección Negocios, Agosto 08, 2018