Los teléfonos inteligentes de por sí saben mucho sobre nosotros, pero ahora algunos investigadores están apostando que los dispositivos también pueden ser entrenados para detectar si estamos infectados con el nuevo coronavirus, simplemente al escuchar. Varios equipos de investigadores de inteligencia artificial (IA) trabajan con el fin de desarrollar sistemas que podrían ayudar a detectar la enfermedad a través de la respiración, la tos y el habla de las personas. Están recopilando miles de muestras de sonido de gente que ha contraído Covid-19 con las esperanza de que los problemas respiratorios característicos que hacen que las infecciones sean tan peligrosas también puedan ayudar a descubrir una forma de tener un diagnóstico más rápido. Tomas Teijeiro, un investigador en Suiza, se inspiró cuando doctores dijeron a su equipo que los pacientes de coronavirus tenían una tos seca distintiva. «Veían llegar a un paciente, lo escuchaban toser y decían, ‘OK, será Covid'», contó. Hace aproximadamente tres semanas, Teijeiro y colegas que trabajan en un proyecto llamado Coughvid en la Escuela Politécnica Federal de Lausana hicieron un llamado global para que personas diagnosticadas como infectadas con el virus, otras que muestran síntomas e individuos sanos proporcionen muestras de cómo tosen a través de su sitio en internet. El sitio, indicó, ha recabado más de 800 muestras hasta el momento de gente que dice tener la enfermedad.

A escépticos de proyectos así les preocupa que las apps de chequeo de IA basadas en fragmentos de audio no sean suficientemente confiables y potencialmente demoren el tratamiento para personas enfermas o envíen a individuos sanos a hospitales saturados. «Existen estos proyectos de ciencias computacionales ‘al vapor’ que tal vez acaparan atención y recursos y los alejan de algo más merecedor», indicó Emily Bender, lingüista computacional en la Universidad de Washington quien estudia el impacto social de las tecnologías del habla y el lenguaje. Los proyectos de voz quizás sean bien intencionados, pero se corre el riesgo de que causen daño en el mundo real, afirmó. En respuesta a esas críticas, los investigadores de IA dicen que sus esfuerzos se enfocan en recopilar datos que podrían llevar a software para tamizaje y ayuda para diagnósticos, y que están conscientes de los riesgos de los falsos positivos y negativos. «Creemos que se podría percibir mucha información a través del habla, y también creemos que esta enfermedad puede ser identificada a través del habla», señaló Alan Bekker, cofundador y director de tecnología de Voca.ai, una startup israelí que ha desarrollado software para agentes virtuales de centros de atención telefónica y cuenta a American Express Co. entre sus inversionistas. Voca.ai está haciendo mancuerna con la Universidad Carnegie Mellon para recopilar muestras de gente que recita el alfabeto y hace otros sonidos para apoyar sus esfuerzos. Un par de investigadores de la Universidad de Nueva York (NYU) que trabaja con Yann LeCun, el científico principal de IA en Facebook Inc., están reuniendo muestras de gente que graba su respiración en sus teléfonos, un esfuerzo al que apodan «respirar por la ciencia». Una startup danesa llamada Corti también trabaja con el Departamento de Bomberos de Seattle para probar una herramienta de IA que analiza la respiración y la tos en llamadas al 911. Bekker dijo que una prueba inicial basada en datos incompletos fue prometedora, al producir un sistema con una precisión de alrededor del 75% para pronosticar si una nueva muestra de sonido provenía de alguien con el virus. La esperanza es que más datos eleven ese nivel de precisión. Las compañías de tecnología han puesto manos a la obra en torno al brote, intentando aplicar su pericia para combatir al nuevo coronavirus. Apple Inc. y Google desarrollarán juntas un software que alertaría a la gente si estuvo en contacto con alguien infectado de Covid-19, una colaboración sin precedentes entre dos gigantes de Silicon Valley. Microsoft Corp. es una de varias compañías en desarrollar un chatbot para ayudar a que la gente determine si los síntomas que experimenta podrían significar que está infectada. Pero incluso entre las iniciativas más ambiciosas que van desde ventiladores caseros hasta filtros de aire impresos en 3D, los proyectos de audio se destacan como inciertos y ponen a prueba los límites de lo que puede hacer la IA moderna. Los investigadores buscan no sólo identificar si una persona está enferma sino determinar si ese individuo ha sido infectado por el virus específico de Covid-19 y no sufre simplemente de un resfriado común. «Parece claro que una alta proporción (de pacientes de coronavirus) tienen este tipo de tos seca que es diferente a la influenza o las alergias», destacó Teijeiro acerca de Coughvid. Sin embargo, admite, es incierto saber qué tan preciso será el diagnóstico. «¿Hasta qué punto podremos depender sólo de la tos para discernir? Es muy difícil decir eso», señaló. Los datos que recopilan los investigadores de NYU, dijo el profesor asociado Kyunghyun Cho, no se anticipa que lleven a apps que produzcan un diagnóstico definitivo, pero podrían ayudar a ampliar la información que recaban los trabajadores del cuidado de la salud para determinar si es aconsejable realizar más revisiones. Cho y William Falcon, su investigador de doctorado, han estado usando grabaciones telefónicas para recopilar sus datos debido a que ese enfoque podría intensificarse rápidamente y podría involucrar gente sin conexiones a internet. Indicó que el esfuerzo por aplicar IA tiene sentido debido a que esas herramientas ya han demostrado su uso en otras áreas del cuidado de la salud, como ayudar a que doctores analicen revisiones de cáncer de seno al encontrar depósitos de calcio demasiado pequeños para ser distinguidos por el ojo humano. Quienes respaldan los proyectos de audio dicen que planean compartir sus datos con otros investigadores para tener un escrutinio y un análisis más amplios. El software basado en IA por lo general requiere inmensas cantidades de datos para ser preciso. Los esfuerzos de voz todavía están en las primeras etapas de su fase de recopilación de datos. El proyecto Voca.ai ha reunido alrededor de mil 450 muestras; el proyecto para grabar la respiración de la gente ya recopilado alrededor de 400 y ahora le está pidiendo a la gente muestras de tos. Bekker, de Voca.ai, mencionó que es probable que se necesiten alrededor de 5 mil muestras de gente que se sabe que tiene la enfermedad para hacer un análisis completo de sus datos. Los investigadores también dependen de que los participantes digan con veracidad si han sido infectados con el virus para asegurar que sus datos subyacentes sean precisos. Alyssa Burgart, bioética y anestesióloga de la Universidad de Stanford, afirmó que lo que tiene lugar «es muy consistente con una mentalidad de Silicon Valley de ‘muévete rápido y rompe cosas’, que por lo general no encaja súper bien con la investigación de alta calidad»

Fuente: Reforma, Negocios, Abril 20, 2020.