La generación Afore, los que comenzaron a laborar en julio de 1997, necesitará un empleo donde cotice a la seguridad social por lo menos durante 24 años para contar con una pensión para su retiro. Cotizar mil 250 semanas como lo exige la ley es un requisito casi imposible para jóvenes y no tan jóvenes que entran y salen del mercado formal, según especialistas y cálculos oficiales.
De acuerdo con la Consar, esta generación ha cotizado a la seguridad social sólo el 42.9 por ciento del tiempo que ha trabajado, el resto ha estado en la informalidad.
Se trata principalmente de mujeres que tienen que abandonar el empleo, jóvenes contratados sin seguridad social y personas que iniciaron muy tarde en la formalidad.
Muchos de ellos, en el mejor de los casos, llegarán a los 65 años y recibirán en una sola exhibición lo que reunieron en la Afore.
Beto, egresado de psicología, con maestría en negocios es un caso. Cotizó entre los 18 y 20 años, después fue policía auxiliar sin prestaciones y a los 23 entró a una consultoría de recursos humanos.
Cuenta que, sin embargo, cada 30 semanas su empresa cambia de razón social y deja de cotizar por periodos.
Un país con bajos salarios y sin oportunidad de empleo formal será una nación de viejos pobres, advierten Berenice Ramírez y Ramiro Tovar, analistas de pensiones.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 14/05/2018