Pinta mal el panorama económico en México, pues según informes del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) «mientras el país se encuentre inmerso en un ambiente de elevada corrupción, impunidad, altos niveles de inseguridad, pobreza y desigualdad, la confianza empresarial y de los consumidores seguirá debilitada, sin expectativas claras de mejorar el ritmo de crecimiento y bienestar».
El organismo expuso que la preocupación por la situación actual y futura de los hogares, de las empresas y de la economía en su conjunto, aunado a la percepción de que no es un buen momento para invertir, se refleja en los bajos niveles de confianza de los consumidores y de los directivos empresariales, lo que puede ser un factor determinante en la evolución del mercado interno y la inversión.
«Buena parte de esta percepción puede estar relacionada con el deteriorado ambiente de seguridad y corrupción en el que se tienen que desempeñar diariamente los agentes económicos.
La corrupción ha alcanzado niveles preocupantes sin una expectativa de mejora en el corto plazo.
Los constantes escándalos de funcionarios corruptos o de obras mal diseñadas, sin duda generan un entorno de desconfianza para invertir», recalcó la agrupación en un Análisis Económico Ejecutivo.
En otro aspecto, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado manifestó que existen señales de alerta, principalmente por la preocupación ante la cercanía del periodo de renegociación del TL CAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
«La insistencia del gobierno de los Estados Unidos de corregir su déficit comercial con nuestro país mediante la reducción del intercambio comercial, es indudablemente una medida parcial», acentuó Ceesp añadiendo que «de no resolver su déficit fiscal y su gasto, que es mayor que su producción, lo único que lograrían es cambiar de país superavitario, esto es, que de reducir el déficit con México, nuestro superávit, tendrían que incurrir en el mismo déficit con otro país».
«Este es un tema que surgirá en las negociaciones.
De darse este cambio de país, sin duda afectaría al aparato productivo mexicano, la creación de empleos y por supuesto, los ingresos de los trabajadores.
No hay que olvidar que aproximadamente una tercera parte del PIB (Producto Interno Bruto) proviene de la actividad exportadora», se indicó en dicho documento.
(Fuente: El Sol de México, Información ,Finanzas ,JUAN G A R CIA HEREDIA, P2, 31/07/2017)