El retraso en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México se debe al bajo nivel de productividad laboral, que en los últimos años ha registrado crecimiento nulo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Entre las 34 economías que forman esta institución, el País es el que tiene la menor productividad del empleo, si se toma esta medida como el PIB por las horas trabajadas y se le compara con los países con mejor desempeño, con datos de 2016 que son los más actualizados.

En esta medición, México está 67 por ciento abajo de Estados Unidos, Dinamarca, Noruega, Bélgica y Luxemburgo, que son los líderes.

El siguiente país con peor rendimiento es Chile, que está 57 por ciento, y luego Letonia, con 52 por ciento.

Este resultado se da con todo y que esta Administración hizo de la productividad una de sus prioridades para incrementarla, al grado que en la Secretaría de Hacienda se creó la Unidad de Productividad Económica, cuyo objetivo era eliminar el rezago en esta materia.

En el documento «Going for growth 2018», que en su publicación anual emite recomendaciones sobre lo que cada país miembro de la institución requiere corregir, destaca que luego de las reformas estructurales en México ha habido cierta recuperación en el crecimiento de la productividad, pero no ha sido suficiente para arrastrar a toda la economía.

«Para hacer frente a la escasa productividad resulta esencial impulsar la capacidad de la economía para adoptar y adaptar tecnología y conocimientos extranjeros, con el fin de incrementar los beneficios que reportan el comercio y la participación en las cadenas de valor internacionales», expuso el documento.

Según la OCDE, para lograr esto, entre las principales prioridades se encuentran aumentar el nivel educativo, así como reducir aún más los obstáculos para la Inversión Extranjera Directa (IED) y las empresas de reciente creación.

El informe resalta la necesidad de implementar plenamente el paquete de reformas estructurales y emprender una segunda ola de ellas que consoliden el crecimiento.

«(Es necesario) reforzar el Estado de derecho mediante la promulgación e implementación de una segunda ronda de reformas legales en el ámbito civil y mercantil. Continuar con la transición de los juicios escritos a los orales para mejorar los resultados de los litigios económicos, como los relacionados con el cumplimiento de los contratos», señaló.

También, añadió, completar el establecimiento de sistemas anticorrupción a nivel estatal.

Fuente: Reforma, Sección Negocios, Abril 06, 2018