Según el dossier preparado para celebrar esta efeméride, los códigos de barras -hay de varios tipos- sirven para identificar, capturar y compartir información sobre productos, localizaciones, empresas y todo tipo de datos.
Su lectura se ha convertido en un acto cotidiano que se repite hasta 6,000 millones de veces al día, pues está presente en 1,000 millones de productos de todo el mundo y lo usan dos millones de empresas.
Según los datos de Aecoc, reduce un 60 por ciento los recursos destinados al intercambio de información entre los agentes de la cadena alimentaria y es clave también para uno de los retos más perseguidos: reduce el desperdicio alimentario hasta un 40 por ciento.
Un consumidor tiene complicado interpretar los números y las líneas que componen un código y que transmite toda esa información si se lee con un láser.
Aecoc explica que los números, a simple vista, no aportan información y no tienen significado, son el “equivalente al DNI de una persona”, pues el valor del código es la información contenida en su base de datos.
En el habitual código de barras de trece dígitos se puede dividir su lectura en tres apartados, los primeros para identificar a la organización de GS1 que le asigna y a la empresa que lo ha solicitado.
Los siguientes sirven como contador de las referencias dadas de alta por las empresas y, finalmente, el dígito de control es el resultado de un cálculo que permite identificar de forma única los productos.
Las barras del código simplemente contienen la información numérica mediante símbolos para permitir su lectura con escáneres.
Después de medio siglo, aquel código diseñado por el ingeniero de IBM George J.Laurer ha evolucionado en dos direcciones fundamentalmente.
La primera, el desarrollo de más códigos lineales diferenciados para su uso en almacenes o con fines logísticos.
Y en segundo lugar se están extendiendo los códigos en dos dimensiones, con el desarrollo de algunos más pensados para medicamentos y tabacos, y el QR abierto, que está llamado a ser el futuro del código de barras en el punto de venta, pues al estar codificado con una URL con información estandarizada (GS1 Digital Link) permite la introducción de todo tipo de información.
Madura bien el código de barras en un mundo globalizado y digitalizado, en el que la información, el dato y la conexión son la savia que recorre la economía y el comercio mundial.
Fuente: Forbes México