La Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, afirmó ayer que la nueva Reforma Laboral rompe y sepulta viejos paradigmas, además posibilita el tránsito del «corporativismo a la libertad responsable». En un mensaje dirigido desde Rajado Nacional frente a los principales dirigentes obreros del país, aseguró que «el pensamiento neoliberal en México nos quiso convencer de que el trabajo no era importante, que era un factor más de la producción».
Insistió que el salario que se percibía en México era un producto natural del mercado de la oferta y la demanda, y que más nos convendría acostumbrarnos a ganar poco, porque siempre era preferible tener un trabajo a no tener nada.
Asimismo, que aumentara el salario era sinónimo de incremento en los precios y en la inflación.
También nos quisieron convencer de que los trabajadores no tenían la capacidad de organizarse y pensar por sí mismos y, que si se daba esa libertad, incurriríamos en un exceso que causaría caos o desorden.
La secretaria de estado añadió: «muchos paradigmas se han roto ya en la Cuarta Transformación.
Los cambios legislativos en materia laboral, tanto al régimen general, como al burocrático, pasaron del corporativismo a la libertad responsable y cambiaron de raíz los conceptos anteriores».
Debemos decirlo y reconocerlo: «hubo consensos entre los diferentes sectores que permitieron que el Congreso tomara una decisión informada y a la altura del momento histórico con los cambios a las leyes aprobadas en esta semana y publicadas, ni más ni menos que el 1ro., de Mayo, en el Diario Oficial de la Federación podamos transitar hacia una sociedad democrática, donde seamos reconocidos como personas».
El derecho a la libertad sindical y la contratación colectiva auténtica era una deuda pendiente, aseguró.
El hecho de tener liderazgos con legitimidad y representatividad directa abre la puerta a tener un diálogo social que sea realmente tomado en serio.
También la reforma cambia el modelo de impartición de justicia, elimina las Juntas de Conciliación y Arbitraje para transitar a la creación de tribunales laborales dependientes del Poder Judicial con procedimientos más ágiles, transparentes y orales.
Finalmente, crea un órgano autónomo encargado de la conciliación, de los registros de sindicatos y de contratos colectivos, dotándolo de autonomía con el fin de que estos trámites, que son meramente administrativos, dejen de usarse por los gobiernos para premiar a leales y castigar a disidentes.
(Fuente: Ovaciones, Información ,Política ,Urbano Barrera, P3, 02/05/2019)