La evolución, acumulación y reestructuración de la deuda que contraten los países del G-20, grupo de economías del que México forma parte, deberá ser más transparente para la supervisión de organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para prevenir desbalances en el sistema financiero e impactos en la economía global.
«La deuda ayuda a que las economías crezcan pero si no se reduce y por el contrario, crece de forma indiscriminada, termina siendo un freno el sobreendeudamiento», dijo David Malpass, presidente del Banco Mundial, en su primera conferencia de prensa al frente del organismo, en el marco de las Reuniones de Primavera en Washington, D.C.
El FMI y el Banco Mundial trabajan para estar en mejor posición e identificar la deuda, términos, condiciones, volumen y vencimientos, a 30 años del anuncio del ‘Plan Brady’, que surgió en respuesta a la crisis de deuda de los ochentas en América Latina, que permitió a los países intercambiar sus préstamos con la banca comercial por bonos respaldados por el Tesoro de Estados Unidos, lo que evitó consecuencias sistémicas para el sistema bancario, «El G-20 nos ha pedido que lo hagamos», dijo Christine Lagarde, directora gerente del FMI, y expuso que el organismo alienta de forma constante a prestatarios y prestamistas para que coincidan con los principios de deuda del G-20 y que el FMI ha desarrollado.
Alertó que hoy cualquier programa de reestructuración de deuda será más complicado que hace 30 años, por un mercado no tradicional que cada vez proporciona mayor financiamiento a los acreedores 104 % DEL PIB Representa la deuda pública en los países desarrollados.
El nivel más alto es de Japón, con 238%.
54 % DEL PIB Es la deuda bruta de México, similar al promedio de 53% de los países emergentes.
(Fuente: El Financiero, Información ,Economía ,Jessica Hernández, P15, 12/04/2019)