La Copa Mundial de la FIFA 2026 no solo será una fiesta deportiva; será un fenómeno económico, cultural, social y comercial sin precedentes, y un detonador clave para la expansión del retail media. México, como uno de los países sede, recibirá 13 partidos y podría generar hasta 3 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Gobierno de México. Turismo, hospitalidad, movilidad, infraestructura, comercio y entretenimiento se activarán al mismo tiempo, creando una economía vibrante alrededor del balón.

En medio de este escenario emerge un jugador que puede convertirse en protagonista del torneo: el retail media. Si algo distingue al retail mexicano es su capilaridad, cercanía y relevancia cultural. La () suma 48,209 tiendas entre autoservicios, departamentales y especializadas, con más de 22 mil metros cuadrados de piso de venta. A esto se añaden 2,606 Bodega Aurrerá, 4,150 unidades de Walmart, 174 Sam’s Club y más de 24 mil tiendas Oxxo distribuidas en todo el país, así como marketplaces como Amazon, TikTok, Shein y Mercado Libre.

En este contexto, ningún medio, plataforma digital o canal publicitario tiene ese nivel de presencia, frecuencia y contacto emocional con la vida cotidiana del consumidor mexicano. Además, las herramientas disponibles este año superan por mucho al retailtainment de fiestas mundialistas anteriores. Mientras el marketing tradicional seguirá apostando por narrativas masivas, los retailers de todo tipo —incluyendo panaderías, farmacias, restaurantes, clubes deportivos y plataformas de eCommerce— se convertirán en el puente más efectivo entre marcas, audiencias y decisiones de compra en tiempo real.

El Mundial, que por tercera ocasión se realizará en territorio nacional junto con Estados Unidos y Canadá, no solo se verá en estadios, bares u oficinas: se verá en salas, cocinas, terrazas y patios familiares donde México vive el fútbol. Y antes de cada partido hay un ritual: surtir la despensa, comprar bebidas, adquirir carne para la parrillada, botanas, desechables, una nueva pantalla, un cable HDMI, un sistema de audio o incluso una playera del país anfitrión o de la selección favorita. Ante este escenario, el retail media permite activar estos momentos de consumo con precisión quirúrgica: segmentación por tienda, geolocalización, ticket promedio, historial de compra, formatos de tienda, horas pico, clima, inventario disponible, promociones activas y ciclos estacionales. En la gran fiesta del fútbol mundial, no se trata solo de anunciar, sino de acompañar todo el viaje del consumidor: del anaquel físico al marketplace, de la app al carrito, del código QR a la recompra digital. La omnicanalidad —y su evolución hacia el comercio unificado— dejó de ser tendencia: hoy es infraestructura estratégica. Los jugadores ganadores serán aquellos que diseñen experiencias que inspiren, informen, incentiven, faciliten y emocionen.

El retail tiene la ventaja competitiva del contexto, del momento correcto y del lugar indicado. En un Mundial que ocurre cada cuatro años y pocas veces con México como anfitrión, la atención es un recurso escaso, pero la intención de compra está encendida. Además, el retail media ofrece algo que ningún otro medio garantiza: medición accionable. Ventas incrementales, brand lift, penetración de categoría, conversiones, rotación de inventario, generación de tráfico y participación de mercado. Ya no hay que adivinar si una inversión funcionó: ahora se puede comprobar. Para capitalizar esta oportunidad —que, según Nielsen, representa 56.7 millones de aficionados al futbol en México—, el sector debe actuar con velocidad. El reto no es tecnológico, sino estratégico: . Construir alianzas. . Integrar datos y generar insights. . Profesionalizar equipos comerciales. . Desarrollar nuevos formatos creativos. .

Elevar la experiencia del shopper y del consumidor. El Mundial será un imán de consumo, pero solo ganarán quienes cuenten historias relevantes, culturales y auténticamente mexicanas. Hoy, la pregunta no es si el retail media jugará en la Copa del Mundo 2026. La pregunta es si marcas, retailers y marketplaces están listos para ser titulares y marcar el gol decisivo. Porque esta vez, la competencia no será solo en la cancha: será en la mente, el corazón y el carrito del consumidor. México tiene la infraestructura, las tiendas, el hábito de compra presencial, el músculo omnicanal, el talento comercial y un consumidor apasionado por el fútbol. Lo que se necesita ahora es visión, coordinación y valentía para innovar en el piso de venta, en los anaqueles digitales, en las apps y en los centros comerciales. El silbatazo inicial está cerca. Y el retail mexicano tiene todo para levantar la copa.