Desconfianza en el sistema y altas comisiones fomentan que los mexicanos no hagan transacciones financieras, aunque la mitad tiene una tarjeta; esto limita indagar en el uso de recursos ilícitos. De acuerdo con expertos, su alto uso niega la posibilidad de indagar la procedencia de recursos ilícitos y fomenta la informalidad.
En el país, 96 por ciento de las transacciones se hacen con dinero en efectivo, aunque 44 por ciento de los adultos, unos 33.6 millones de personas, tiene una cuenta en alguna institución financiera formal, hay una prevalencia en el uso de monedas y billetes entre la población.
A nivel mundial, las operaciones en efectivo van a la inversa entre 2008 y 2012, el número de operaciones realizadas con dinero en efectivo pasó de 42.2 a 38.3 por ciento. Mientras que el uso de tarjetas y otros medios, como el electrónico, pasó de 48 a 54 por ciento.
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) encontró que las altas comisiones a establecimientos y usuarios de los bancos, la concentración de cajeros automáticos y la evasión a la fiscalización son algunos de los factores para que el uso de efectivo se mantenga como el principal medio de pago.
Luis Javier Arreguin Sánchez, socio y director internacional de AS Consultores agregó que la burocratización de la apertura de cuentas y la desconfianza en el Sistema Financiero son también factores que inhiben el uso de tarjetas.
Para el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) los costos se traducen en una mayor informalidad, anonimato de las actividades ilegales, más corrupción y menor crecimiento económico.
«Hay una clara afectación a la economía, el Uso de efectivo niega la posibilidad de indagar la procedencia lícita de los recursos, no hay ningún tipo de huella digital, se presta a la evasión fiscal y permite la corrupción», dijo el experto en entrevista con El Heraldo de México.
La falta de inclusión financiera así como de infraestructura tecnológica y de telecomunicaciones han coadyuvado a impulsar el uso de efectivo.
Según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), México registra 342 cajeros automáticos por cada millón de habitantes, mientras que en países como Corea del Sur y Canadá registran mil 500 por millón y el promedio es de 886. Incluso frente a economías emergentes como Brasil, Turquía, Rusia o Sudáfrica, el número de cajeros que hay en México es menor.
La Política Nacional de Inclusión Financiera subraya que el promedio nacional de sucursales es de 1.9 por cada 10 mil adultos, y el promedio nacional de cajeros es de 5.1, en tanto que la infraestructura y la oferta de servicios financieros se concentra en las zonas urbanas y en las cabeceras municipales, lo que limita el acceso en las localidades rurales y más pequeñas.
En los municipios rurales, menores a cinco mil habitantes, sólo 8 por ciento tiene al menos una sucursal, 12 por ciento cuenta con un corresponsal y 21 por ciento tiene al menos una Terminal de Punto de Venta.
La reducción del uso del efectivo tiene efectos sobre actividades ilegales.
Un estudio realizado en 2014 por Nation Bureau of Economic Research, reveló que en ciudades donde se introducen transferencias electrónicas de programas sociales en sustitución de efectivo, el crimen baja 9.8 por ciento.
En entrevista con El Heraldo de México, Luis Mauricio Torres del Imco, comentó que no hay evidencia de una política para combatir el uso de efectivo.
«No he visto ningún rasgo de política enfocado a la reducción de uso de efectivo, ninguna batalla ofensiva. Hace falta inclusión financiera, más penetración de la tecnología. El efectivo, es el medio por el que se comunican todas las actividades ilegales e informales», concluyó.
EL EFECTIVO SIGUE SIENDO EL MÉTODO DE PAGO FAVORITO
La población adulta del país creció utilizando sólo efectivo; lo conocen como método seguro.
La mayor parte de la población no está de acuerdo a pagar a los bancos las comisiones.
Muchas veces se busca evitar que Hacienda cargue impuestos sobre los ingresos.
886 CAJEROS ES EL PROMEDIO MUNDIAL POR CADA MILLÓN.
342 CAJEROS EN EL PAÍS POR CADA MILLÓN DE PERSONAS.
(Fuente: El Heraldo de México, Ocho Columnas ,Elva Mendoza, P1, 01/12/2017)