Pese a la gran cantidad de datos que tiene el fisco de los contribuyentes y que podrían facilitar los trámites, México es uno de los países más complicados para pagar impuestos.

El tiempo que se debe invertir en procesos administrativos y la dificultad para obtener devoluciones, son algunos de los procesos que, de acuerdo con especialistas, muestran que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) ha empujado la tecnología para fiscalizar, pero no para facilitar los trámites al contribuyentes.

México ocupa el lugar 120 de 189 del Ranking de Sencillez para Pagar Impuestos de PwC y el Banco Mundial. Esto se debe a las 240 horas promedio que los contribuyentes deben dedicar al año para cumplir con sus obligaciones, mientras que en los 10 países mejor valorados, el promedio es de 80 horas.

Si bien el SAT ha invertido enormemente en procesos de digitalización, su enfoque ha sido para mejorar procesos de auditoría, pero no de atención al contribuyente explicó Miguel Ángel Tavares Sánchez, integrante de la Comisión Técnica Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).

Entre los avances, destaca la facturación electrónica y todos los datos contenidos en ésta, que dan información en tiempo real al fisco, así como el monitoreo de saldos y la contabilidad electrónica.

«La digitalización de procesos en el SAT ha mejorado los procesos de auditoría al evitar visitas al contribuyente, que antes demandaban grandes recursos de personal, pero el pago de impuestos sigue siendo complejo», dijo.

En primer lugar, el SAT tiene tres armas letales que complican el pago de impuestos: la materialidad de las transacciones, presunción de inexistencia de operaciones y razón de negocios, dijo.

Al aplicar estas disposiciones legales, el SAT puede determinar que una operación es improcedente, presumir que un contribuyente se encuentra en determinada situación jurídica ilícita y desconocer beneficios fiscales.

El segundo factor que más pesa en la complejidad del pago de impuestos, es la dificultad de obtener saldos a favor.

Según PwC y el Banco Mundial, México tiene una calificación de 40.5 de 100, lo que lo coloca como el país número 151 más complejo para obtener devoluciones, de un listado de 189 naciones.

En teoría las devoluciones tienen un plazo de 40 días hábiles, pero en la práctica la recuperación de saldos a favor en el País se ha ido prácticamente al doble de tiempo, de 3 a 6 meses, comentó Tavares.

Además, los procedimientos fiscales suelen ser redundantes y complejos, aseguró Mario Barrera, fiscalista de Thomson & Knight.

«El pago de impuestos en México es complejo y ello genera ineficiencia, lo cual afecta nuestra competitividad. Es complejo porque el cúmulo normativo es muy amplio; las normas son difíciles de entender y muchas veces las obligaciones son redundantes», comentó.

Un ejemplo es la obligación de las empresas de realizar una declaración informativa local, otra declaración informativa maestra y si se trata de una multinacional con sede en México, también en realizar una declaración país por país.

A esto se le suma la Declaración Informativa Múltiple (DIM), sobre información de operaciones con partes relacionadas residentes en el extranjero. Además de la declaración anual del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Fuente: Reforma, Negocios, 22 de marzo, 2021