A partir de la crisis del Covid-19, las empresas tendrán que repensar las relaciones laborales y flexibilizar sus modelos de contratación para retomar las actividades.
Durante la emergencia sanitaria, el home office se adoptó de manera masiva, pero también permanecerá como una de las principales alternativas para las empresas en el regreso a la nueva normalidad, advirtieron expertos en capital humano.
Una de las lecciones que traerá consigo el Covid-19 es que romperán las resistencias para que se desarrolle el trabajo remoto, lo cual implica que las organizaciones inviertan más en herramientas que permitan la adaptación de los empleados.
«Hasta ahora, prácticas como el home office eran planes en marcha pero con avance lento o parte de beneficios esporádicos, limitado tal vez a un día por semana. Muchas empresas todavía lo abordan con cautela. Esta modalidad atrae al talento de las nuevas generaciones y las empresas no pueden prescindir de sus habilidades», afirmó Guillermo Bracciaforte, cofundador de la firma de reclutamiento Workana.
Los empleadores deberán migrar hacia un concepto conocido como Smart Working, un modelo que incorpora la tecnología para facilitar la conectividad fuera de las oficinas y exige una mejor administración del trabajo, advirtió la firma de capital humano Manpower.
Según sus cálculos, 80 por ciento de las personas que planea tener un trabajo de la siguiente generación, optará por esquemas como el home office y el trabajo flexible.
«El trabajo remoto es hoy una tendencia necesaria para hacer frente a esta problemática que se vive en México y en otros países, ya que favorece la conservación de empleos y la operación de las empresas en gran parte de los sectores productivos, además de proteger al talento», aseguró Héctor Márquez Pitol, director de Relaciones Institucionales de ManpowerGroup.
Parte de los retos es que los líderes deberán aprender a dirigir los equipos a la distancia.
Además los trabajadores deben ser capaces de autoasignarse las jornadas de trabajo para lograr un equilibrio entre la vida personal y profesional.
Pero en México es incipiente la regulación del home office. En la Ley Federal del Trabajo se incluye la figura de «trabajo a domicilio» y es básicamente un concepto para labores manuales, advirtió Oscar de la Vega, abogado laboral del despacho De la Vega & Martínez Rojas.
«Ese capítulo (Capítulo XII, artículos 311 a 330) no está diseñado para las nuevas tecnologías, hay una falta de regulación respecto a que estas labores que se realizan en casa», comentó el experto.
Dijo que hay temas poco claros: como quién absorbe los costos de operación, como la conexión a internet o el del teléfono. Opinó que con la práctica del trabajo remoto tendrán que cambiar los estándares de medición de productividad de los empleados.
«Es una administración diferente, que será con base en resultados, y tendrá que estar reglamentada. Ojalá fuera en la propia Ley. Si hablamos de seguridad social, ¿hasta dónde puede haber o no un accidente de trabajo?», cuestionó De la Vega.
Diego González, líder de la práctica laboral de EY México, manifestó que para implementar esta modalidad es necesario adecuar los instrumentos legales correspondientes como el contrato de trabajo, el reglamento interior, el contrato colectivo, entre otros.
Nueva realidad laboral
La crisis sanitaria por el Covid-19 dejará varias lecciones a las empresas:
1 Las empresas se pueden adaptar a nuevas modalidades de trabajo.
2 Los líderes deben aprender a dirigir a los equipos aún estando a distancia, por lo que se requiere una adecuada planeación de objetivos y fechas de entrega.
3 Los trabajadores son capaces de realizar sus labores con éxito y autoasignarse sus jornadas de trabajo para lograr un equilibrio entre la vida personal y profesional.
4 Las tecnologías son un aliado y no un reemplazo de los trabajadores.
5 Los empleadores no deben temer a la implementación del home office, sino encontrar en él una alternativa frente a las crisis, como la que enfrentamos actualmente.
Fuente: Manpower
Fuente: Reforma, Negocios, Mayo 18, 2020