México necesita dinamizar su economía digital e innovar más. Las economías innovadoras tienden a ser más productivas, más sustentables y más adaptables ante los cambios globales y en escenarios crisis. La innovación debe verse como una energía que impulsa el crecimiento de una nación, creando nuevos empleos, nuevas empresas y nuevos mercados.
La innovación contribuye al desarrollo económico, el desarrollo económico incide en el desarrollo social y el desarrollo social determina la prosperidad de las naciones.
Una de las recomendaciones prioritarias, plasmadas en “La estrategia de innovación de OCDE 2015”, es aprovechar los beneficios de la economía digital. Las empresas de las economías más innovadoras invierten en activos basados en conocimiento, software, ciencia de datos, bases de datos y talento especializado. Estas empresas se conectan y usan internet para muchos propósitos, que van desde el comercio electrónico, mercadotecnia digital, mantenimiento preventivo, automatización de procesos, hasta para ofrecer productos completamente digitales y nuevos servicios. Nuevos conceptos como industria 4.0, aprendizaje automático o aprendizaje profundo emergen e impulsan a las economías innovadoras. El rol del internet en la economía digital, así como de la responsabilidad de los gobiernos para crear políticas y condiciones que garanticen su desarrollo, toma cada día mayor relevancia.
Las inversiones en infraestructura de telecomunicaciones para que las empresas puedan ser parte, competitivamente, del nuevo ecosistema de la economía digital deben fomentarse por los países. México, a partir de la reforma de telecomunicaciones, ha avanzado de forma importante de acuerdo con el reporte de junio de este año del Instituto Federal de Telecomunicaciones, la inversión creció más de 25 mil millones de pesos de 2013 a 2016 que en otros periodos previos. Sin embargo, comparativamente aún estamos lejos de las cantidades requeridas para destacar en este rubro. Nuevas condiciones, tecnologías y decisiones serán requeridos para garantizar la productividad y competitividad de nuestra economía.
Para lograr incorporar a más empresas extranjeras y nacionales de forma acelerada, México está proponiendo una iniciativa transformadora: las Zonas Económicas Especiales, donde hay que transmitir una visión agresiva en su propuesta de incentivos para la atracción de empresas, así como de una gran confianza para las inversiones. La visión del Ejecutivo federal impulsó la aprobación en su comité intersecretarial de una Zona Económica Especial, con vocación para la innovación, investigación y desarrollo, así como las tecnologías de información y comunicación en Yucatán.
La atracción de inversiones para la economía digital, así como nuevos actores que enriquezcan el ecosistema mexicano, es fundamental. Como lo es que nuevas empresas vean a México como un lugar para invertir e innovar. La confianza es clave para lograrlo. De ahí la relevancia de la próxima resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la llamada “tarifa cero” en materia de telecomunicaciones. Los incentivos establecidos y la certeza jurídica son indispensables para acelerar este sector que forma parte esencial de la economía digital e indispensable para procurar los nuevos derechos de acceso a internet y banda ancha que tenemos los mexicanos.
(Fuente: El Universal / Distrito Federal / Internet, Opinión, 06:04, 16/08/2017)