El acuerdo comercial pone a México en una nueva realidad en la que la transparencia, la libre asociación sindical y el derecho de negociación colectiva, serán vitales para evitar un conflicto regional.

Una vez que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sea ratificado por el Congreso canadiense, lo cual se espera ocurra en el primer trimestre de este año -a más tardar-, la nueva versión del TLCAN tendrá 61 días para entrar en vigor.

Durante ese tiempo, los tres socios comerciales deben adecuar sus respectivas legislaciones para cumplir con los compromisos pactados en distintos rubros.

Entre las novedades que incluye el acuerdo están capítulos específicos en materia de anticorrupción, ambiental, comercio digital, medioambiente, competitividad y laboral.

De ahí que el T-MEC será un referente para las relaciones comerciales a nivel mundial, según coinciden Moisés Kalach, coordinador de la estrategia bilateral México-Estados Unidos del CCE, Eugenio Salinas, coordinador del Cuarto de Junto, y Juan Carlos Baker, quien fuera parte del equipo negociador del gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto.

«El T-MEC es el primer tratado que toma esas complejidades y las convierte en disciplinas comerciales», destaca Baker, ahora académico de la Universidad Panamericana.

La parte laboral fue la más espinosa durante la negociación, especialmente, en la segunda mitad de 2019, pues el Partido Demócrata de Estados Unidos no confiaba en que el gobierno mexicano cumpliera con lo pactado.

En diciembre pasado se firmó un agregado al T-MEC, avalado por el Congreso estadounidense, en el cual México se comprometía a cumplir el LA RUTA DEL DIFERENDO El camino para resolver una controversia laboral al amparo del T-MEC.

tratado, sin embargo, hubo un punto espinoso: la supuesta presencia de inspectores laborales extranjeros en México.

Figura que tanto el gobierno federal como la iniciativa privada aseguran que no se negoció ni que formó parte del tratado, sino que sólo se trataba de asesores especializados.»Fue una propuesta del Congreso americano al gobierno americano», refiere Moisés Kalach.

«(Los inspectores laborales) no están en ninguna de las disposiciones del tratado», dice, por su parte, Eugenio Salinas.

En el tema laboral, los tres países están comprometidos a garantizar la libertad a asociaciones sindicales, reconocer el derecho de negociación colectiva, eliminar el trabajo forzado, abolir el trabajo infantil.

«En este capítulo se establece una serie de compromisos: un país no va a dejar de aplicar su ley laboral o ambiental para ser más competitivo en materia comercial; también que va a prohibir las formas de trabajo infantil o forzado, que va a promover la libre asociación de los trabajadores en sindicatos, a respetar el derecho a negociación de los sindicatos con las empresas», detalla Baker Pineda.

En el caso de México, el gobierno deberá proporcionar en sus leyes laborales el derecho a participar en actividades para la negociación colectiva y a organizar, formar y afiliarse al sindicato de su elección.

También deberá establecer organismos independientes para el registro de elecciones sindicales.

Para ello, es necesario tener un sistema que permita elecciones libres y secretas de líderes sindicales, generar leyes de revisiones para abordar salarios y condiciones de trabajo, y que los acuerdos de negociación colectiva incluyan un requisito de apoyo mayoritario.

En caso de que algún país o empresa incumpla con lo estipulado, se iniciará una controversia con la que se buscará reparar la falta so pena de sanciones que pueden llegar a la suspensión de las exportaciones.

Juan Carlos Baker admite que existe preocupación porque este mecanismo sea utilizado como una barrera no arancelaria, especialmente, por parte del gobierno estadounidense; sin embargo, considera que México bien podría emplearlo en contra del vecino país.

«Hay personas que se preocupan porque piensan que Estados Unidos va a utilizar las controversias como una manera de mayor proteccionismo hacia México, cosa que no descarto, pero si vemos el comportamiento reciente de ese país y del presidente Trump, tal vez nosotros terminemos demandándolos más a ellos, que al revés».

HAY QUIENES SE PREOCUPAN PORQUE PIENSAN QUE EU UTILIZARÁ LAS CONTROVERSIAS GOMO PROTECCIONISMO HACIA MÉXICO, PERO TAL VEZ TERMINEMOS DEMANDÁNDOLOS NOSOTROS MÁS A ELLOS QUE AL REVÉS.

Juan Carlos Baker, integrante del equipo negociador del T-MEC en la administración pasada.

 

Fuente: Expansión, , Información ,José Ávila, P 19