El 71 por ciento de los hombres mayores de 65 años que carecen de pensión, al menos hasta 2016, debían trabajar para financiar su vejez, de acuerdo con cálculos de la Consar con base en datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares.
En las mujeres la proporción fue de 23 por ciento.
En el documento de trabajo número 12 de la Consar «Ingresos y gastos del adulto mayor en México. La importancia de las pensiones», se menciona que, en cambio, sólo 35 por ciento de los hombres que tienen pensión trabajan.
En el caso de las mujeres, únicamente se emplean 16 por ciento.
Además, la mayoría de los adultos que recibe pensión contributiva, es decir que obtienen recursos que se acumularon en su vida laboral gracias a sus aportaciones, las de su patrón y/o del Gobierno, dejan de trabajar en su vejez.
Sólo 23 por ciento de los hombres siguen laborando y 11 por ciento de las mujeres.
Sin embargo, un comportamiento distinto presentan los adultos mayores que reciben una pensión no contributiva, es decir una renta proveniente de una programa social como el de 65 años y Más de Sedesol.
En ese grupo, 44 por ciento de los hombres siguen trabajando y 18 por ciento de las mujeres.
La Consar calcula que de 9.6 millones de personas de 65 años y más (8 por ciento de la población total), unos 2.9 millones (31 por ciento) tuvieron ingresos de una pensión contributiva a través del IMSS, ISSSTE u organizaciones como ISSFAM, y Pemex.
«Todas estas pensiones corresponden a beneficios generados bajo reglas de beneficio definido y se encuentran concentrados en los deciles de ingreso más altos», mencionó la Consar.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 17 de Septiembre, 2018