El débil crecimiento salarial de los mercados laborales en todo el mundo desde la crisis financiera está golpeando a los trabajadores más pobres, agravando las desigualdades y alimentando la insatisfacción, según la OCDE. El organismo dijo que los aumentos salariales están «desaparecidos en combate», incluso con el aumento del empleo, y que las ganancias no se han distribuido equitativamente.
En su informe ‘Perspectivas del Empleo 2018’, la OCDE dijo que los ingresos laborales reales del uno por ciento superior de los asalariados han aumentado mucho más rápido que los de los trabajadores de mediana edad a tiempo completo.
La presión sobre los trabajadores y una percepción de estar perdiendo ha fomentado el resentimiento, ha contribuido al auge del populismo y a la reacción en contra de la globalización.
Donald Trump resultó elegido tras una campaña en la que culpaba a las políticas migratorias y al comercio mundial por las penalidades de los trabajadores.
El nuevo viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, ha convertido el freno a la inmigración en una prioridad.
«El electorado está más insatisfecho después de lo que equivale a una década casi perdida tras la crisis en la que pocos vieron un aumento en sus salarios reales, y muchos más experimentaron inseguridad económica y de otro tipo», escribió en un reporte Sony Kapoor, director general del centro de estudios Re-Define.
Bébil De acuerdo con el organismo, los salarios a nivel mundial han registrado un bajo crecimiento, propiciando más desigualdad e insatisfacción en los trabajadores.
Entre los factores que han propiciado bajos aumentos salariales está la desaceleración de la productividad.
(Fuente: El Financiero, Información ,Economía ,Redacción, P14, 05/07/2018)