La demanda de una reforma fiscal en México que propone la industria para emparejar su competitividad tributaria con Estados Unidos podrá realizarse hasta el 2020, coincidieron legisladores y especialistas en contabilidad. Juan De León Cantú, presidente de la Comisión de Contabilidad Electrónica y Medios Electrónicos del Instituto de Contadores Públicos de Nuevo León (ICPNL), descartó que el Gobierno federal promueva este año una reingeniería fiscal.

«Sería conveniente que, como lo demanda la industria, pudiera haber cambios en el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para equilibrar la competitividad tributaria de México tras la reducción de impuestos que entró en vigor en enero en Estados Unidos», afirmó.

«Pero este año se atraviesa el periodo electoral y eso complica mucho que haya cambios».

Consideró que es factible que haya una reforma fiscal para el 2020, pero dependerá mucho de la composición que tenga el Poder Legislativo tras las elecciones del 1 de julio.

Antonio Rodríguez, vicepresidente de Relaciones Públicas y Difusión del ICPNL, consideró que los impuestos en México tuvieron alzas importantes que dispararon la recaudación del Gobierno federal en al menos un billón de pesos desde el 2014, al pasar de 1.5 a 2.5 billones de pesos.

«Estos incrementos se le atribuyen mucho al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, que en algunos casos podría equipararse a la polémica de extender el Impuesto al Valor Agregado a los alimentos y medicinas, pues se aplicó a bebidas saborizadas, a alimentos con alto contenido de carbohidratos y hasta a las telecomunicaciones».

También se aplicaron mayores impuestos al tabaco y a los juegos de azar.

Sin embargo, advirtió que la recaudación del ISR aumentó también como consecuencia de limitantes en las deducciones personales, como es el caso del tope a 45 mil pesos.

El 7 de marzo pasado, el Senador Héctor Flores Ávalos postuló una iniciativa de reforma a Ley de Impuesto Sobre la Renta, la cual propone adicionar a título octavo capítulo segundo que se establezca una tasa de este gravamen menor para las pequeñas y medianas empresas.

«Se trata de una tasa reducida que varía del 5 al 12 por ciento dependiendo del monto de los ingresos obtenidos en el ejercicio y que son congruentes con los montos de los ingresos de ventas conforme a las Reglas de Operación del Fondo para el Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa».

Hasta ahora la iniciativa, que el legislador gestionó desde el 2017, sigue sin prosperar.

(Fuente: Reforma / Distrito Federal / Internet, Información, 06:25, 02/04/2018)