La transformación digital inicia en la mente. El actual diseño institucional no ayuda la digitalización de México. Es necesario erradicar la dispersión de funciones y centralizar en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) las políticas públicas digitales. Los objetivos de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y de conectividad de la Cuarta Transformación pueden lograrse si se da un golpe de timón drástico y se ejecuta un plan inteligente. La emergencia sanitaria golpeó cualquier intento de acelerar la inclusión digital universal. El 2021 será aún más complejo si la recaudación no se recupera y los presupuestos de las dependencias se estrechan aún más. Austeridad, consolidación y visión social de las TIC pueden resultar virtuosas si se fortalecen las atribuciones, coordinación y ejecución de las políticas digitales. El cambio de Secretario de Comunicaciones y Transportes es una oportunidad única (quizá la última por el tiempo que lleva ejecutar las acciones) para robustecer las facultades de la Subsecretaría de Comunicaciones y poner en marcha una auténtica política de inclusión digital y de acceso social a las TIC e Internet con objetivos, estrategias y líneas de acción precisos. El Programa de Cobertura Social 2019 de la SCT es un buen listado de localidades de atención prioritaria, pero no garantiza que vayan a ser cubiertas por redes y servicios de telecomunicaciones. El Marco de Habilidades Digitales es una atinada identificación de las principales tendencias tecnológicas, pero no existe un plan para su adopción por industrias, gobiernos y sociedad. El Programa Sectorial en Comunicaciones y Transportes 2020-2024 proyecta modestamente que 77.2% de la población sea usuaria de Internet en 2024. Las acciones aisladas no lograrán cumplir las metas de conectividad. Es el momento de fortalecer las comunicaciones, utilizar con eficiencia los escasos recursos institucionales, acabar con la duplicidad de funciones, concentrar esfuerzos y lograr una auténtica coordinación, ejecución, implementación y evaluación de las políticas públicas digitales a cargo de la SCT. Hay que modificar el Reglamento Interior de la SCT para rediseñar una nueva Subsecretaría de Comunicaciones, Desarrollo Tecnológico y Estrategia Digital. El nombre puede cambiar pero siempre reflejar los objetivos de acceso universal a las TIC. Las adecuaciones al Reglamento Interior deben contemplar las nuevas atribuciones de la Subsecretaría, su fortalecimiento institucional y absorber los presupuestos de las instancias que fusionaría. Las atribuciones, funciones y recursos de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional (EDN) de la Presidencia de la República deben pasar a dicha Subsecretaría. La EDN se convirtió en un área enfocada en las adquisiciones de equipos y software y no en el diseño de políticas públicas. Su presupuesto es tan reducido que difícilmente puede ejecutar cualquier agenda de digitalización. Las atribuciones, funciones y recursos del Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel) también deben quedar a cargo de la Subsecretaría. Sí, el Promtel debe desaparecer como organismo descentralizado y sus funciones de verificación del cumplimiento de la Red Compartida pasar a la Subsecretaría y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en lo que corresponda. Revisar los alcances del programa Internet para todos (antes México Conectado) para que cumpla sus objetivos o se ajusten. Este programa se remonta a la estrategia (hoy revisable) de principios de siglo XXI de abrir Centros Comunitarios Digitales para garantizar el acceso a Internet. Actualmente, se empata con los objetivos de la empresa pública CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos que busca llevar servicios de telecomunicaciones a comunidades con carencias y conectar escuelas, hospitales, carreteras, espacios y edificios públicos. La reforma constitucional en materia de telecomunicaciones difuminó el liderazgo de la SCT en materia digital. A cambio creó un órgano constitucional autónomo regulador de los sectores de la radiodifusión y las telecomunicaciones, pero descoordinado de las políticas digitales federales y cada vez más politizado. Por ello, se debe crear un Comité de Telecomunicaciones y TIC que defina los mecanismos de colaboración entre la Subsecretaría y el IFT para contribuir con los objetivos de la política pública de inclusión digital universal, con pleno respeto a la autonomía del regulador, pero con reglas claras para el cumplimiento del derecho de acceso a las TIC, la banda ancha e Internet. Dicha contribución está prevista en el artículo décimo cuarto transitorio de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones. Es un mandato de ley, pero no existen los lineamientos de colaboración. La regulación no debe ser ajena a la política pública. Ésta señala qué se debe hacer mientras que la regulación define cómo debe hacerse. Aunque existe una sana separación para que la regulación técnica y especializada no se politice, garantice certidumbre jurídica, inversiones y sea de largo plazo, existen medidas regulatorias como la preponderancia o el elevado precio del espectro radioeléctrico que frenan la cobertura social y se contraponen en todo momento a los objetivos de política pública digital. También conviene crear un Consejo de Tecnologías de la Información, las Comunicaciones y la Transformación Digital, presidido por el Secretario de Comunicaciones y Transportes, inter y multisectorial, encargado del diagnóstico, planeación, diseño, implementación, ejecución, seguimiento y evaluación de la política pública de inclusión digital universal, con representación social, de los gobiernos, la industria y el regulador pero con un claro liderazgo federal. El nuevo titular de la SCT debe enfocar sus esfuerzos en la infraestructura de banda ancha e Internet para lograr la inclusión, la alfabetización, el abatimiento de la brecha digital y la adopción de tecnologías innovadoras, siempre desde una perspectiva de derechos humanos. La SCT tiene la obligación de ampliar la cobertura de las redes de telecomunicaciones e irradiar bienestar digital. Internet es el sistema nervioso que organiza la economía y todas las actividades productivas y cotidianas. No se necesita una gran visión para reconocer la importancia de las tecnologías en la actualidad. Sólo hace falta ser líderes de este tiempo: el de la conectividad y la digitalización plenas. *El autor es presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Twitter: @beltmondi -Jorge Bravo Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) Analista de medios y telecomunicaciones y académico de la UNAM. Estudia los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, las telecomunicaciones, la comunicación política y el periodismo. Es autor del libro El presidencialismo mediático. Medios y poder durante el gobierno de Vicente Fox.

Fuente: El Economista / CDMX / Internet, Información, 07:49, 07/08/2020