Una de las reformas estructurales del Gobierno que está por terminar, fue la financiera, que buscó elevar la presencia del crédito en la economía, al mismo tiempo que fortalecer el sistema con una regulación sólida. Aunque se avanzó parcialmente en esa meta de penetración del crédito, sobre todo a empresas, a nivel de regulación quedaron muchos pendientes.
En el sector de ahorro y crédito popular se gestaron dos fraudes, un caso de insolvencia y niveles de descapitalización en la mayoría de las entidades.
Luego del fraude de Ficrea, se presentó una iniciativa para limitar la captación de las Sociedades Financieras Populares (Sofipos) y ampliar el seguro de depósito.
Sin embargo, se quedó en los archivos de las oficinas legislativas, mientras que el sector sigue captando los recursos de los mexicanos sin dar la protección suficiente a los mismos.
Ficrea, la Sofipo regulada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), defraudó a más de 6 mil 800 ahorradores que ahí depositaron sus recursos, y quienes aún no recuperan su dinero.
A su vez, algunos clientes de otras dos Sofipos: Alta y Proyecto Coincidir, están a la espera de recuperar los ahorros que confiaron a dichas empresas.
La meta de la reforma financiera, que buscó que la cartera de crédito bancaria representara 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al término el actual sexenio, alcanzó cerca de un 35 por ciento, de acuerdo con la cifra más actualizado proporcionada por la Asociación de Bancos de México (ABM).
En tanto, la cartera de crédito de la banca comercial creció 50.4 por ciento real de septiembre del 2018 al mismo periodo del 2012, al tiempo que el financiamiento de la banca de desarrollo se expandió 58.3 por ciento.
Otra de las promesas de la reforma financiera fue incrementar la competencia en la industria, pero el sistema bancario conformado por 50 instituciones siguió concentrado en las instituciones más grandes del sistema: BBVA Bancomer, Citibanamex, Santander, Banorte, HSBC e Inbursa.
Con ello, las comisiones que se cobran entre ellos para compartir su infraestructura, especialmente los cajeros automáticos, se mantienen altas y se trasladan a los usuarios de los servicios bancarios y a los comercios que aceptan pagos con tarjetas.
De acuerdo con la ABM, los ingresos por comisiones de la banca representarán en el 2018, 20 por ciento de sus ingresos operativos.
Pero un cálculo de la Condusef que eleva este nivel a 40 por ciento, bastó para que el partido Morena presentara una iniciativa en el Senado de la República sobre la eliminación de comisiones, la cual tiene actualmente en debate al sector bancario y a los legisladores.
Fuente: Reforma, Sección Negocios, 28 de Noviembre, 2018