Por su política macroeconómica consistente y finanzas externas robustas, Fitch mantuvo la calificación crediticia de México en BBB- con una perspectiva estable.
Además, los niveles de deuda de 50 por ciento del PIB, previstos para finales de 2020, son similares a los países con calificaciones de BBB, explicó la calificadora en su nueva evaluación.
En tanto, los ingresos tributarios han superado las expectativas y el Gobierno ha limitado en endeudamiento, a pesar de la contracción esperada para la economía mexicana de 8.9 por ciento en 2020.
Fue en abril pasado cuando la calificadora redujo la nota de México a BBB-, la cual se mantiene a un escalón del nivel especulativo debido a que se espera que la recuperación de la economía a sus niveles prepandemia se logre hasta 2024.
Para 2021, se pronostica un crecimiento de 4 por ciento por el rebote, pero para 2022, el crecimiento será de 2.5 por ciento. Este crecimiento podría ser menor de incrementarse el número de contagios de Covid-19, advirtió Fitch.
De igual forma, la inversión privada se ha mantenido reducida por políticas gubernamentales que han afectado la confianza de los inversores.
Así, el paquete de 39 proyectos entre el Gobierno y la Iniciativa Privada, por 297 mil millones de pesos, no será suficiente para incentivar la demanda interna, estimó la calificadora.
A esto se le suma la limitada respuesta fiscal del Gobierno.
Fuente: Reforma, Negocios, 12 de noviembre, 2020