La mayoría republicana en la Cámara de los Representantes abrió ayer la puerta a la reforma fiscal redactada por el presidente Donald Trump —la mayor desde la aprobada en 1986 bajo el gobierno de Ronald Reagan—, ampliamente criticada por los demócratas, ya que beneficiará a los más ricos y a las grandes compañías, a costa de disparar la deuda de la nación. Pese a su aprobación ayer, la cámara baja tendrá que votar nuevamente este miércoles, tras un problema de procedimiento planteado a último momento por la minoría demócrata del Senado, tras las objeciones presentadas por los senadores Bernie Sanders y Ron Wyden.
Los artículos en cuestión se refieren a cuentas de ahorro para educación y universidades privadas. Este cambio no debería poner en duda el apoyo de la mayoría republicana, pero retrasará por varias horas este primer éxito del mandato de Trump. En el Senado, donde los republicanos tienen mayoría, la votación será presidida por el vicepresidente Mike Pence. Primer gran éxito. En caso de aprobación por los senadores, la medida irá al escritorio del presidente Trump para su firma antes de las vacaciones de Navidad, cumpliendo con la promesa del Partido Republicano. Trump espera que la reforma acelere la economía estadunidense más allá del tres por ciento actual, lo que generará nuevos ingresos fiscales.
Los hogares de clase media verán una reducción promedio de impuestos de 900 dólares el próximo año, mientras que el uno por ciento de los estadounidenses más ricos verán un recorte promedio de 51 mil dólares, según el independiente Centro de Política de Impuestos. Entre los aspectos más controvertidos, más allá de la reducción impositiva a las rentas más altas, la legislación deroga también el mandato de seguro individual requerido por la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama a partir de 2019, y permite la perforación en una parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.
Los republicanos insisten en que el paquete impulsará el crecimiento económico y el empleo. También consideran la medida como clave para tener esperanzas de retener sus mayorías en la Cámara y el Senado cuando los ciudadanos acudan a las urnas en noviembre de 2018. Por el contrario, los demócratas aseguran que el proyecto profundizará la brecha de ingresos entre los ricos y los pobres en el país, al tiempo que sumará 1.5 billones de dólares en los próximos diez años a la deuda nacional que ya suma 20 billones de dólares. “Un gran día”.
(Fuente: La Crónica / Distrito Federal / Internet, Información, 00:08, 20/12/2017)