Tener una cédula única de identidad podría reducir la cantidad de bases de datos biométricos que existen en el País, aseguraron especialistas.

Actualmente, las empresas recaban y conforman su propia base de datos personales y biométricos de sus clientes o proveedores, las cuales no están coordinadas o armonizadas con estándares de calidad ni de protección de datos.

Tampoco existe una cédula de identidad única que permita a las empresas y organizaciones validar datos y compararlos con una base universal en vez de recopilarlos.

«El uso de datos biométricos en la vida diaria ya es una realidad (…) Lo importante sería estandarizar no solo el tipo de datos biométricos, sino las medidas de seguridad que se aplican.

«De esa manera, en vez de tener 50 bases de biométricos, sería interesante hablar de algún tipo de identificación oficial biométrica que fuera reconocida por entidades públicas y privadas», mencionó Cynthia Solís, socia de la firma especializada en derecho informático Lex Inf IT Legal Advisory.

Al elegir el biométrico debe considerarse el tipo de información que brinda, ya que, por ejemplo, el iris puede dar datos innecesarios de una persona, como el estado de salud.

Carlos Chavarría, CEO de NA-AT, comentó que en algunas partes del mundo ya existe un pasaporte o una identificación digital, el cual incluye un chip donde se incorpora la huella dactilar y la fotografía del usuario que permite comparar si la identidad de la persona corresponde a quien usa la credencial.

Estos documentos ayudan a autentificar la identidad de los titulares en diversos trámites, como los bancarios.

Mercado en crecimiento

Se estima que para 2023 el valor del mercado de identificación biométrica será de 2 mil 662 millones de dólares. En Latinoamérica, incluido México, llegaría a 144 millones de dólares.

(En miles de dólares)

2020 90
2021* 107
2022* 122
2023* 144

*Proyecciones / Fuente: Markets and Markets

Fuente: Reforma, Negocios, 30 de agosto, 2021