Las empresas que desarrollan proyectos de mediano y largo plazo, principalmente de infraestructura y energía, tienen temor del cambio sexenal.

Por esa razón están poniendo a la venta activos o de plano no están desarrollando proyectos que lleven más de 420 días, es decir, posteriores a septiembre de 2018.

«La verdad es que hemos oído eso desafortunadamente, y yo creo que es un poco la cautela de los inversionistas en cuanto a saber qué pueden esperar de su retorno, sobre todo en un ambiente tan volátil como el que han tenido las tarifas, en que de pronto han estado subiendo subiendo, y de pronto viene una bajada otra vez.

«Inclusive lo que hemos visto es muchos activos renovables y de energías convencionales de empresas grandes que se están poniendo a la venta, como por ejemplo un activo de cogeneración de Alfa, de una de sus plantas de Altamira; varias empresas están vendiendo de todo y hay otras que están pidiendo que se les inyecte capital para pulverizar el riesgo que pudiera existir», señaló José Antonio Prado, socio en Energía de la firma Holland and Knight.

El tema, dijo, es que las inversiones son a largo plazo y hay un resquemor de ver qué va a pasar con el cambio de sexenio y también con el valor de los nodos, sobre todo en regiones del País donde no está bien cuantificado.

También hay temor por las operaciones bilaterales con contratos a largo plazo, porque las empresas tomadoras de energía no están dispuestas a asumir el riesgo.

Fuente: Reforma, Sección Negocios, Julio 28, 2017